El Valencia no funciona y empata ante el Betis

Nuno Espirito Santo aseguró recientemente que volvería a arrancar los aplausos de la parroquia de Mestalla. Por el momento, sus jugadores, más allá de un excelente tramo de orgullo en el segundo tiempo de Champions ante el Zenit, no prestan avales en su juego. Un grupo de futbolistas que no trasladan identidad alguna. Más bien un fútbol gris, plomizo, sin ideas, sin mordiente, que ante el Betis cedió un nuevo empate. Los de Mel aguantaron con diez jugadores desde los tres minutos del segundo acto. Se defendieron sabiendo ponerse el mono de trabajo y rascaron un punto, pese al monólogo inocuo valencianista. Y al final, aquello de los aplausos que entiende el técnico luso que recuperará, acabó con un sector amplio que tiró de aquello de «Nuno, vete ya».

Lo que tuvo de diferente el primer tiempo lo dibujó Joaquín. Regresar a su Betis esta temporada, también significó ayer retornar a Mestalla, donde quiso hacer bueno aquello de la finta y el sprint durante cinco campañas antes de mostrar lo suyo en una ciudad con el arte de Florencia previo paso por otra como Málaga en tiempos del jeque. «Joaco» sacó dos buenos centros a balón parado para remates de Westermann y Ceballos, y procuró varias acciones individuales, bordeando el área valencianista, driblando con el balón pegadito a la bota, buscando algún pase genial. Nada tuvo solución, porque se mostró sobrio cuando correspondió Jaume Doménech.

Estuvo mejor el Betis en los inicios. Presión en líneas muy ofensivas, que significó el atasco del Valencia. Ese ejercicio bético ambicioso fue encontrando réplica. Feghouli buscaba profundizar por su banda -con escasa ayuda de un Barragán plomizo-. André Gomes fue manejando el balón, aunque tupo que tapar en muchos momentos la libertad que Nuno dio a Rodrigo para juntarse con Alcácer. Pero la producción, en términos de peligro, de los locales la firmó Feghouli con una acción personal que acabó con un chut ajustado al palo que repelió Adán.

Sin ideas ante diez

Lo demás fue por el camino de lo áspero en juego. Imprecisiones. Juego irregular. Contragolpes sin claridad para afrontar los últimos metros. Y unos cuantos centros de esos llamados pasados para los que tampoco sirvió el «casi» de los rematadores. La cosa fue plomiza, incluso aburrida.

André Gomes, que procuró llevar la batuta valencianista, se retiró por lesión. Bakkali apareció con la reanudación. Al poco, Ceballos vio la segunda amarilla y el Betis se quedó con un futbolista menos. El monólogo local, embotellando a los de Mel, que reforzó el medio campo en clave defensiva y restó presión ofensiva, se convirtió en la tónica del segundo tiempo. Sin embargo, por momentos el asunto se convirtió en ese gobierno del balón valencianista, buscando un sinfín de centros laterales, más bien pasados. Los andaluces cerraron bien atrás.

Sin argumentos

Se puso el mono de trabajo en lo defensivo Joaquín. No fue extraño al gaditano verlo de lateral en algún momento puntual con la Fiorentina. Pero Mel acabó dándole descanso pasada la hora de partido, llevándose el reconocimiento de la que fue su casa. Al tiempo, Nuno dejaba una defensa con tres centrales y buscaba más piezas ofensivas con De Paul. Ni por esas. Granítica fortificación bética, sin grietas. El caer de los minutos y el hecho mismo de que el Valencia, en superioridad numérica, no mostrase argumentos generó lógica impaciencia en la grada.

El reloj de arena asfixió al propio equipo de Mestalla. Tuvo el balón. Pero con resultado inocuo. Bakkali, que se llevó buena nota, asistió a Mina casi en los restos, pero el gallego no acertó ante Adán. Sin argumentos ofensivos, el Valencia acabó desquiciado y cediendo un empate ante un buen conjunto andaluz, que entendió que tras la expulsión sacar un punto bajando al barro defensivo era buen premio. El Valencia ya ha cedido cuatro puntos en su estadio. Pero la cuestión es las pobres sensaciones que muestra el conjunto.