EN TERCERA PERSONA

La arquitectura del paisaje

«Las escuelas españolas de arquitectura siempre habían mostrado cierto desdén hacia el paisaje»

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Romper los límites entre las disciplinas era una de las formas que tenía la sociedad de conseguir grandes avances en muy diversos campos. El trabajo de Kathryn Gustafson era un buen ejemplo de ello. Gustafson - que acababa de ser nombrada Doctor Honoris Causa por la Universidad Politécnica de Valencia – era lo que en el mundo anglosajón se denominaba una arquitecta del paisaje. Una disciplina que todavía no estaba reconocida en España pero que, por ejemplo, podía estudiarse en la Ecole Nationale Supérieure de Paysage en Versalles, lugar en el que ella había aprendido esta disciplina que estaba a caballo entre la arquitectura y la jardinería.

Las escuelas españolas de arquitectura siempre habían mostrado cierto desdén hacia el paisaje, algo que ya fue denunciado en su día por arquitectos como Ricardo Bofill (autor del diseño del antiguo cauce del río Turia en Valencia).

Era como si los jardines fueran la guinda que adornaba un pastel compuesto en su mayor parte por ladrillo y hormigón. Sin embargo, los paisajes brotaban de la Naturaleza pero formaban parte de nuestras vidas y podían darnos una calidad de vida igual o superior a la de nuestras viviendas, pues eran los lugares de esparcimiento en los que practicábamos deporte, jugábamos con nuestros hijos o paseábamos con nuestros perros. Y para que se integraran en la ciudad, requerían de alguien que los pensara, los diseñara y los ejecutara.

Por suerte, Gustafson había sido la arquitecta elegida para reordenar ese gran proyecto denominado Parque Central de Valencia y que consistía en enterrar las vías del tren (algo que ya se había hecho con poco acierto en Castellón) para ganar un gran espacio verde para la ciudad. Una especie de Central Park neoyorkino (uno de los primeros proyectos de la arquitectura del paisaje) que cambiaría el diseño urbanístico de la ciudad, como lo cambió en su día el antiguo cauce del río. Y vistos los proyectos que había desarrollado esta arquitecta norteamericana cuyo trabajo había sido comparado con el de Isamu Noguchi, se podía decir que estábamos en buenas manos.

www.javiermolins.com

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