El Plan Viaria

El mismo día en que Juan José Lucas era nombrado ministro de la Presidencia y conocíamos que Juan Vicente Herrera le sucedería en la Presidencia de la Junta, el entonces ministro de Fomento, Álvarez Cascos, presentaba en Valladolid el Plan Viaria, un ambicioso plan de infraestructuras para Castilla y León con el horizonte 2010. Ayer con la inauguración del AVE a Palencia y León y el anuncio de la inminente llegada a Zamora y Burgos, se puede decir que una gran parte de aquel plan se completa, sobre todo en lo que respecta al tren de Alta Velocidad.

Cascos dijo entonces que era el momento de Castilla y León, pero han tenido que pasar cinco años más de los previstos para que una parte muy importante del plan se cumpla, aunque sea con trazados de única vía.

Sin embargo en las carreteras la cosa es muy distinta. El plan se ha cumplido en Zamora, que por entonces declaraba al ministro persona «non grata» por los sistemáticos retrasos de la Tordesillas-Zamora. Y en en esa vía, en la N-122, es donde sigue estando la asignatura pendiente de la infraestructura de nuestra comunidad. No se ha avanzado hasta la frontera con Portugal, y hacia Soria y la conexión con Aragón, es una obra eterna, a cuenta gotas, que tardará todavía muchos, pero que muchos años, en ser una realidad.

Lo cierto es que desde aquel 28 de febrero de 2001 hasta hoy, ha habido mucha obra pública y aunque haya clamorosas carencias, podemos decir que nuestra comunidad tiene una red viaria muy digna. Falta por encontrar su utilidad para luchar contra los grandes problemas de industrialización y despoblación, porque no podemos permitir que las nuevas y modernas infraestructuras sean sobre todo vías de salida y escasamente de entrada. Esta es una tarea que no sólo compete a los políticos, sino al conjunto de la sociedad de Castilla y León.