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Celtas Cortos celebra una «nueva» Valladolid que «ha recuperado sus alas»

Dicen adiós a una etapa de «niebla» con De la Riva y saludan los «nuevos colores» en el pregón de fiestas

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A ritmo de «batucada castellana», con permiso para crear un nuevo género musical que para algo son parte insigne de la banda sonora pucelana, y sin perder su tinte reivindicativo, Celtas Cortos abrieron ayer las fiestas de Valladolid como pregoneros con un discurso original, con ritmo y rimas, pero también con dosis de crítica política con despedidas dedicadas -aunque sin citar directamente- a Francisco Javier León de la Riva -a quien no les unía precisamente una amistad- y bienvenidas a un nuevo gobierno en el Pleno municipal.

Así, con un público entregado en su regreso al balcón del Ayuntamiento en el que ya fueron pregoneros en los noventa, el vocalista de Celtas Cortos, Jesús Cifuentes, dio el pistoletazo de salida a las fiestas de la ciudad y también al cambio de color del gobierno municipal en el que «los que hay han cambiado», parafraseando su famoso tema de aquel «20 de abril» del que ya han pasado 25 años.

De esta forma, llamaba a «abrir la puerta a una nueva ciudad que ha recuperado sus alas y ha echado a volar de nuevo con el impulso que da la emoción de escribir una nueva historia».

No fue la única mención a los cambios en el consistorio. Habló también de una «niebla» que «hemos tenido demasiados años seguidos. Una grisura que no dejaba la sonrisa y la luz de la participación» e instó a que haya «muchas ideas cada una de un color».

Mensajes reivindicativos aparte, su pregón tuvo hueco para los más vulnerables social y económicamente, para los barrios, para los artistas y para los «sanbenitos» que persiguen a la ciudad. «Vamos a quitárnoslos», aseguraba en relación al término de «fachadolid» y la asociación de los vallisoletanos con un carácter «seco» ante el aplauso generalizado de una Plaza Mayor en la que no cabía un alfiler.

Para demostrar que no es así, puso a bailar a la Plaza Mayor para acompañar a la banda en una «batucada castellana» que despegó la fiesta. «Que la peña en la calle lleve un fuego por dentro que se nos aparezca la Virgen de San Lorenzo» -patrona de la ciudad-, decía una de sus rimas. Queda como espíritu otra de ellas: «Que los teatreros y los artistas de calle preparen una bomba que en el corazón nos estalle». Pues bien fueron precisamente ellos quienes inauguraron el cartel musical de las fiestas, en una actuación que concentró a continuación a miles de personas que al unísono corearon aquello de que «nacimos hace unos años en Pucela capital». No faltaron en plena crisis humanitaria los acordes de «El emigrante», con alegato a favor de los refugiados, «vagabundos del sueño errante»

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