Los operarios, durante las obras para retirar el bolardo
Los operarios, durante las obras para retirar el bolardo - EFE
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Adiós al «bolardo asesino» de Valladolid

El Ayuntamiento retira el pivote que regulaba el acceso al aparcamiento de la Plaza Mayor

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El cambio de gobierno municipal en Valladolid tras las elecciones ha conllevado en las últimas semanas modificaciones normativas, prácticas y simbólicas para los ciudadanos, como la que se produce este lunes con el adiós al conocido popularmente como el «bolardo asesino» de la Plaza Mayor.

Ubicado justo al lado del Ayuntamiento de la ciudad, como vigía de acceso al aparcamiento subterráneo de la plaza Mayor, el bolardo llevaba activo casi cinco años y sus «víctimas» han superado las cuarenta.

En este tiempo ha sido recurrente que los medios de comunicación de la ciudad dedicaran hueco en sus ediciones para contar que otro conductor se había llevado un buen susto al comprobar que el bolardo había destrozado los bajos de su vehículo.

El mecanismo se activaba cuando una cámara de vigilancia detectaba la presencia excesiva de vehículos en la rampa de acceso al aparcamiento subterráneo y en los conductores se generaba una confusión con el semáforo de acceso y la presencia de un paso de cebra en las inmediaciones.

Uno a uno los casos y se sucedieron y llegó el bautizo popular del «bolardo asesino», que ha causado daños valorados entre 1.000 y 3.000 euros, con el último de los casos ocurrido en enero de este año.

A pesar de las denuncias que varios de los afectados han interpuesto al Ayuntamiento por los daños en el vehículo ninguna de ellas ha salido adelante, al considerar el juzgado que el incidente se debía la conducta negligente de los propios conductores y no a un mal funcionamiento del sistema.

El concejal de Seguridad y Movilidad, Luis Vélez, ha reconocido a EFE que la mayor parte de los percances se han producido por imprudencias de los conductores, como en la que incurren al saltarse el semáforo, pero ha insistido en que «el daño causado era desproporcionado».

A partir de ahora el único elemento que controlará el acceso será el semáforo y aunque la cámara que graba la zona de conflicto continuará activa, persigue el objetivo de «hacer un seguimiento y no de sancionar a los conductores», ha detallado Vélez.

Las obras que se espera que finalicen entre esta semana y principios de la que viene incluyen; la retirada del bolardo, la restitución del firme y el pavimento, así como adelantar el paso de cebra unos metros y mejorar algunos elementos que faciliten la visibilidad, como elevar la altura del semáforo o pintar la carcasa del mismo de rojo y ámbar.

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