Castilla y León recibirá un millón del Estado para ayudas a la compra de libros

Castilla y León recibirá el próximo curso escolar 132 millones de euros. Esa fue la cifra que el consejero de Educación conoció ayer durante la reunión de la Conferencia Sectorial que se celebró en el Ministerio bajo la presidencia del ministro Íñigo Méndez de Vigo. Aunque la aplicación de la Lomce fue el principal asunto tratado en el encuentro, al que acudieron los representantes de todas las comunidades, el titular castellano y leonés conoció de primera mano la cantidad que recibirá la región, ya que ésta era la principal reivindicación de la Junta, dado que se ha mostrado dispuesta a seguir con la aplicación de la Ley de Mejora de la Calidad Educativa, pero con la suficiente dotación económica.

De esta forma, según señaló Fernando Rey al término de la reunión, la citada cifra, que es «insuficiente pero bienvenida», se distribuirá en 88 millones para becas, 23 para la implantación de la reforma educativa, 19,5 para mejorar la conectividad de los centros y algo más de un millón de euros se dedicará a ayudas para libros y material escolar, una medida que se recupera después de que fuese eliminada el pasado curso. De hecho, Rey reconoció que el ministro había sido «sensible» con la demanda de la Junta, al asignar una cantidad para este fin que se sumará a la que habilitará la propia Administración autonómica. Esta ayuda cobra especial importancia con la aplicación de la reforma educativa que ha obligado a la compra de libros que den cabida a los nuevos currículums.

Son, en definitiva, un total de 132 millones que, a juicio de Fernando Rey, ponen de manifiesto la existencia de una «prometedora recuperación económica», de forma que se han «incrementado sensiblemente las partidas y se han recuperado algunos programas como el de libros».

Pruebas de reválida

Este fue el aspecto más tangible de la primera Conferencia Sectorial a la que acude el consejero y que también lo fue para el propio ministro. Precisamente por eso, Fernando Rey se felicitó de que se hayan abierto nuevos cauces de diálogo con el Ministerio. «Han cambiado las formas y ha dado muestras de sensibilidad», con una reunión que ha transcurrido «con animo constructivo, dialogante y por cauces civilizados». Tal es así que para el consejero «hoy ha sido un día positivo para la educación de este país». Lo cierto es que a pesar de la negativa manifestada por doce comunidades no gobernadas por el PP, que en los momentos previos a la Conferencia sectorial habían pedido que se suspendiera la aplicación de la Lomce, el ministro fue finalmente sensible a una de las demandas de las autonomías, entre ellas Castilla y León, como era que no se implantasen las pruebas de reválida. Así, accedió a que el próximo curso sólo se realice con los alumnos de 6º de Primaria, mientras que se negociará la forma en la que se desarrolla en 4º de la ESO y 2º de Bachillerato en el 2016/17. A su juicio, las evaluaciones externas «tiene sentido» para que los alumnos de todas las comunidades tengan un nivel «homogéneo», pero advirtió de la situación en la que se pueden encontrar los alumnos que no han superado esa prueba, «sobre todo la de la ESO». «No puede ser un examen como un especie de barrera como obstáculo insalvable, que condene al alumno al fracaso escolar», alertó. También se alegró de que la tasa de reposición del profesorado sea del 100%.