Juan Vicente Herrera, presidente de la Junta de Castilla y Léon, así como candidato del Partido Popular a la reelección
Juan Vicente Herrera, presidente de la Junta de Castilla y Léon, así como candidato del Partido Popular a la reelección - abc

Juan Vicente Herrera: «La gente no me mide por mi presencia en los desayunos del Ritz o del Palace»

El presidente de Castilla y León hace balance junto a ABC sobre esta última legislatura, la campaña y su futuro político

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Es un día extraño para el candidato popular. Pese a lo «motivado» que está en esta campaña y las ganas de pisar barro y hablar con la gente, no olvida, y así no los hace saber nada más recibirnos, que hoy (por ayer) es el cumpleaños de su primo y fiel amigo Julián Campo, cooperante misionero que murió en el trágico accidente de tren en Villada (Palencia) en 2006. Lo rememora mirando dos fotografías tomadas en el Camino de Santiago que tiene en un lugar privilegiado de su despacho y entremezcladas con otras en las que también aparecen personas queridas por él y que le han ido abandonando por el camino.

—Usted es una persona con asentados valores cristianos. Sin embargo, es algo que reserva para su parcela privada.

¿Política y religión no deberían mezclarse?

—Habrá muchos obispos que hagan política y habrá muchos políticos a los que les guste cortejar a los obispos. Eso pertenece al plano personal.

—Su forma discreta de hacer política, huyendo del ruido mediático nacional. ¿Le suma o le resta?

—Seguramente los castellano y leoneses me quieran ver un poquito más. Pero no nos miden por el grado de presencia en los desayunos del Hotel Palace o del Ritz, ni por las conferencias en las que convocamos a los nuestros. A lo mejor una mayor imagen también vende, pero yo intento acompañar. Un presidente no es el centro ni el eje.

—¿Y lo de ir a Madrid? ¿Y a Génova?

—Algún fin de semana que voy a Madrid me lo paso pipa, pero a diario... Allí sólo encuentras gente y gente que piensa que las ideas políticas de España son las que circulan entre Cibeles y la Puerta del Sol, o que la realidad española se circunscribe al Paseo de la Castellana. No recibimos más que palos, ves gente soberbia, metida en los despachos, de los tuyos propios, que no tienen ni idea. Mis jefes políticos saben que cuentan conmigo, que soy un tipo leal, que no voy a hacer ninguna barrabasada, que mal que bien, estoy aquí, es verdad, que más centrado en el Gobierno que en el partido, que tiene un gran impulsor en el secretario regional y en los presidentes provinciales. Esas reuniones del Comité Ejecutivo Nacional en las que está hablando el presidente y te da un codazo el de al lado y te dice, «fíjate, ya está saliendo en no sé qué digital lo que está diciendo». Y empiezas a mirar y dices, «¿quién será?». Te dan ganas de no ir. Ahora que todo se puede seguir de forma virtual, pues nada, yo igual, telepolítica. El inventor del plasma he sido yo.

—«Herrera es muy campechano». Así le define la mayoría, pero tanto tiempo en el poder, ¿puede pasarle factura y alejarse de la realidad? ¿Cómo lo evita?

—Campechano viene de Campo, mi apellido. Yo no he estado alejado de la realidad estos cuatro años, aunque es verdad que he estado más alejado del medio físico. No estoy impostando estos días, me estoy divirtiendo.

—En Soria llego a pedir disculpas por no haber visitado la provincia en toda la legislatura. ¿Se arrepiente de no haber tenido más presencia en algunas provincias?

—En todas en general. En esta Comunidad te eligen para gobernar y es difícil hacerlo desde un coche, y es verdad que también se cose con la presencia. Lucas me enseñó que la política es cercanía y que había que arar bien la tierra y estar en todas partes. Antes, la visita del presidente de la Junta era un acontecimiento, cuando iba un consejero, algo muy importante, y cuando era un director general tenía relieve. Hace seis años todo cambió y si a un acto no iba el presidente, desmerecía totalmente. Volvemos al supermán, y si está un poco resquebrajado pues es imposible, no va a llegar. Me arrepiento también por el contacto humano y la proximidad con la gente.

—Si las cosas hubieran ido mejor para el PP, ¿habría renunciado a ser el candidato del partido?

—A lo mejor hubiera sido el momento, no lo sé.

—Hasta ahora el rumor era si repetía o se iba, ahora si culmina la legislatura en caso de ganar. ¿Le molesta que se ponga en duda su continuidad?

—No,no, me divierte.

—Pero es lógico que acumule un cierto cansancio después de tantos años. ¿De dónde va a sacar fuerzas?

—Me creo Castilla y León y no estoy solo.

—¿Cuál fue la escena más descarnada o el testimonio que más le ha dolido escuchar en estos años de crisis?

—Todos los días. Los mineros, empresarios asfixiados que acuden a ti porque creen que tienes la panacea, madres que te dan el currículum de sus hijos...

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