Herrera, único líder del PP que lograría la mayoría absoluta

Como una solitaria isla en el centro de la península donde el Partido Popular sigue manteniendo el nido de la gaviota sin nuevos inquilinos para mantener el gobierno. Así parece que quedará Castilla y León dentro del mapa de España tras las elecciones del 24 de mayo, según la encuesta de intención de voto publicada ayer por el CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas). En un mar de siglas donde los pactos serán necesarios para mantener a flote gobernar, la Comunidad es la única de las 13 en las que las que están convocados comicios en la que no serán necesarias las alianzas, salvo que los numerosos indecisos (más de un tercio de los electores) den un vuelco al resultado.

La apuesta por Juan Vicente Herrera por cuarta vez como capitán del barco parece que dará resultado.

Al frente del timón dirigirá a los populares hacia una nueva mayoría. Y ya serían siete citas con las urnas consecutivas. Eso sí, no es ajeno al desgaste de los recortes por la crisis ni a la desafección de la ciudadanía con los formaciones tradicionales. Por el camino de los últimos cuatro años se dejará en entre nueve y diez escaños respecto a récord hollado en 2011, cuando consiguió 53 escaños. Pero consigue mantenerse no sólo como la fuerza más votada, sino que amarraría también la mayoría absoluta necesaria para tomar las riendas del Ejecutivo en solitario.

Con una estimación de voto del 40,9 por ciento, lograría entre 43 y 44 procuradores de los 84 que conformarán de nuevo las Cortes de Castilla y León durante los próximos cuatro años.

Pese a la caída, el PP mantendría, y con diferencia sobre el resto de fuerzas, su hegemonía. Le seguiría, aunque a gran distancia, el PSOE, que conservaría el segundo trozo más grande del pastel, aunque con una importante «mordida» más que añadir a los ya pobres resultados de hace cuatro años. Si entonces los socialistas encabezados por Óscar López recibieron su segundo peor resultado de la historia con 29 actas (el suelo lo tenían hasta ahora en los 27 de 1995), con Luis Tudanca al frente serían todavía más pésimos. Con una estimación de voto del 22,9 por ciento de las papeletas, su representación en la Cámara quedaría reducida a tan sólo 20 ó 21 procuradores. Son menos de la mitad que el PP y quedan muy lejos de los 42 que los socialistas lograron en 1983, en el arranque de la autonomía y la única vez que lograron acceder a la Presidencia de la Junta de Castilla y León.

Y los votos y representación que perderían las hasta ahora fuerzas tradicionales la recogerían los dos partidos emergentes con más pujanza. Ciudadanos y Podemos no sólo se estrenarían con presencia en el hemiciclo en su debut en los comicios autonómicos castellano y leoneses, sino que lo harían, además, con grupo propio.

Con una ligera ventaja y el 11,1 por ciento de los sufragios, la formación de Albert Rivera, con Luis Fuentes como cabeza de cartel en las autonómicas del 24 de mayo, lograría nueve escaños, prácticamente los mismos que se dejaría el PP. Por su parte, Podemos, con un 10,3 por ciento de los apoyos, cosecharía una representación de entre ocho y diez procuradores para el partido de Pablo Iglesias, liderado en Castilla y León por el leonés Pablo Fernández.

Por su parte, Izquierda Unida, que cambia de aspirante (José Sarrión sustituye a José María González), conseguiría mantener un representante en el Parlamento regional gracias a un 3,8 por ciento de los votos. Formaría de nuevo parte del Grupo Mixto con el procurador que también lograrían los leonesistas de UPL (Unión del Pueblo Leonés). Aunque con tan sólo el 1,8 por ciento de los votos, la concentración de éstos en la provincia de León permitiría a Luis Mariano Santos tomar posesión de sus escaño. Además, el estudio confirma que UPyD, a quien en las europeas de mayo de 2014 le acompañaron, deberá seguir viendo la actividad política desde la tribuna de invitados. Con un dos por ciento de los votos se queda sin escaño.

Las Cortes que se constituirán el próximo 16 de junio quedarían configuradas por más partidos políticos y grupos que nunca en los 32 años de andadura autonómica. Seis formaciones (hasta ahora el máximo había sido cinco) y cinco grupos dibujarían, según las estimaciones del CIS, el hemiciclo de la IX Legislatura.