El Valladolid, en picado

Ni juego, ni seguridad defensiva, ni solvencia ofensiva. Con estas premisas es difícil sacar adelante los partidos y así, poco a poco, el Real Valladolid se va a alejando de los puestos de ascenso directo y viendo como cada vez están más cerca sus perseguidores. La derrota en Girona (2-1) es la tercera consecutiva que encajan los hombres de Joan Francesc «Rubí», curiosamente los mismos partidos que lleva sin jugar el capitán del conjunto blanquivioleta, Álvaro Rubio. Las dudas sobre la validez del técnico catalán se incrementan a medida que fracasan sus intentos por reconducir la nave, y sólo el desacierto de sus rivales hace que se mantengan las esperanzas de volver a la lucha por el ascenso directo.

En Montilivi la película no varió sobre lo que viene haciendo el equipo pucelano en sus últimos encuentros, salida fría al campo y gol del rival.

Algo que también pasó en los últimos encuentros ante Ponferradina y Albacete. En esta ocasión «Rubí» había apostado por Samuel y Tulio en lugar de Rueda y Óscar, pero el resultado fue el mismo de las últimas ocasiones. El tanto de Aday ya hacía a los morados luchar contracorriente, con lo que los huecos a su espalda se multiplicaban. En este toma y daca los gerundenses tuvieron dos ocasiones para ampliar su ventaja, de hecho en una de ellas lo consiguieron aunque en fuera de juego. Por su parte, los pucelanos limitaban su peligro a Hernán Pérez y a alguna galopada de Mojica. En una de ellas el balón quedó para que Jonathan Pereira batiera a placer a Isaac Becerra, pero el disparo del delantero blanquivioleta fue taponado por el meta local. Una jugada individual de Hernán Pérez era interrumpida en falta dentro del área por la defensa gerundenses. El brasileño Tulio se encargaba de anotar la pena máxima devolviendo la igualada al marcador y la ilusión a la afición blanquivioleta. El tanto dio alas a los de «Rubí», que durante los últimos minutos del primer tiempo crearon alguna ocasión más, aunque sin acierto.

La reanudación sirvió para demostrar que el final del primer tiempo no había sido más que un espejismo, los locales retomaron el dominio del encuentro y los pucelanos apenas llegaban a la meta defendida por Becerra. Ni el retorno de Roger tras seis meses parado sirvió para reactivar a los blanquivioletas, que veían como un córner acaba en el segundo tanto de los locales, obra de Eloy Amagat. Un nuevo revés para las huestes blanquivioletas que veían como tenían poco más de quince minutos para no desengancharse de los puestos de ascenso directo. La salida de Óscar y Jeffren apenas cambió el signo del partido, un Valladolid inoperante se estrellaba una y otra vez ante la solidez de un Girona, que incluso pudo ampliar su ventaja.

La derrota de Las Palmas y el empate del Sporting de Gijón hacen que los vallisoletanos aún tengan alguna opción de engancharse a la zona alta, aunque para ello deberán cambiar radicalmente respecto a los últimos encuentros y empezar por vencer los dos próximos partidos, que los jugarán como locales ante Sabadell y Mirandés.