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trastornos del sueño

La actividad del descanso

Las patologías ligadas a la vigilia más frecuentes son las que se engloban en el insomnio, seguidas por su importancia de los trastornos respiratorios conocidos como síndrome de apnea o hipoapnea

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Una actividad vital como es domir puede convertirse, literalmente, en una auténtica pesadilla para aquellos que ven como noche tras noche su tiempo dedicado a la vigilia termina por no reportarles el merecido descanso. Las patologías del sueño existen, son diagnosticadas, pero no cuentan con especialistas de referencia como tal. «Lo habitual es que los pacientes sean derivados bien a neumólogos o a neurólogos con experiencia o interés por este tipo de enfermedades», explica el doctor Félix Del Campo, jefe del Servicio de Neumología del Hospital Río Hortega de Valladolid y profesor titular de la Universidad de Valladolid.

A pesar de que las referencias médicas siguen sin estar bien definidas en cuanto a la especialidad se refiere, en Castilla y León todos los hospitales de Sacyl (a excepción de los comarcales y el de Zamora) disponen dentro de su cartera de profesionales encargados de desarrollar las pruebas poligráficas respitarorias necesarias.

Existe un tipo de clasificación en cuanto a las enfermedades del sueño que las sitúa entre los trastornos primarios, donde se ubican los problemas de insomnio, así como los movimientos anómalos (síndrome de piernas inquietas) y las alteraciones del ritmo de la vigilia del sueño; y los secundarios, entre los que se encuentra la popular apnea o hipoapnea.

«Este tipo de patologías representan el 80% de mis consultas y generar una serie de efectos tanto en la persona que las sufren como en las parejas», comenta el especialista Del Campo.

Se estima que entre un cuatro y un seis por ciento de los hombres, y entre un dos y un 4 por ciento de las mujeres está afectado por la apnea del sueño, llegando incluso a afectar a entre un uno y un tres por ciento de los niños. «Se trata de un problema asociado a la obstrucción de la vía respitaria durante el proceso del sueño que lleva a pequeñas interrupciones de la respiración», explica el doctor, «que no ocasionan en ninguno de los casos la muerte del individuo pero sí tiene unos efectos asociados al paso del tiempo con desarrollo de otras patologías cardiovasculares».

La detección de este tipo de enfermedades «depende en casi todos los casos de la personas que duerme al lado, que es quien puede comprobar que esto sucede», comenta Félix del Campo, «aunque la percepción de pequeñas paradas de la respiración no siempre indican una patología como tal».

La pruebas diagnósticas que deben realizarse en estos casos pasan por la exploración de la vía aérea superior y la realización de una poligrafía o una polisomnografía. «Esta última requiere de la hospitalización durante una noche en una unidad específica donde, bajo una monitorización a lo largo de toda la vigilia, se obtienen los parámetros que nos indicarán si realmente se trata de una apnea y en que nivel de gravedad se encuentra».

En cuanto a los síntomas que una persona puede presentar y que den la voz de alarma, «realmente no son muy específicos», comenta el doctor, «aunque cuando una persona presenta somnolencia después de haber dormido unas horas normales y en condiciones idóneas, se debe sospechar que puede haber un problema de base», añade.

De igual manera, el doctor alerta sobre aquellas personas que hacen la siesta «de pijama y tres hora», «porque es un indicativo de que el descanso nocturno no está resultando reparador».

Otra de las circunstancias que muchos individuos comparten es el hecho de despertarse a una determinada hora y no poder volver a conciliar el sueño, para lo que este experto recuerda que, «si por las condiciones que sean, pero que suele darse en personas de edad más avanzada, nos acostamos temprano, es normal que pasadas entre cinco y siete horas nos despertemos sin necesidad de dormir más, pero esto no es síntoma de ninguna patología».

El número de horas idónea y saludable no existe según este doctor, «aunque sí debemos hacerlo de una forma higiénica», recomienda. Félix del Campo destaca que la vigilia debe ser considerada como un proceso activo y no pasivo del ciclo vital. Y eso quiere decir, «que el correcto descanso tiene una función biológica y orgánica trascendental en nuestras vidas, tanto para nuestros órganos como para nuestro desarrollo neuronal».

Ni deporte ni estudio

Existen conductas y hábitos aprendidos que este experto reconoce como poco favorables para un descanso reparador. «Es muy habitual que la gente practique deporte a partir de las ocho de la tarde, algo que no resulta positivo ya que genera que nuestro orgqanismo vaya a la cama de forma muy activa y esto repercutirá en la facilidad de generación de las fases del sueño (no REM y REM)», indica del Campo. «Igualmente, veo cada día a mis alumnos que acuden a las clases con evidente cansacio porque deciden estudiar por la noche, y está demostrado que el esfuerzo intelectual antes del sueño también influye negativamente, sobre todo en el asentamiento de la memoria».

La exposición lumínica artificial se reconocen también como uno de los factores externos que nos influyen en mayor medida. De forma natural nuestro organismo se rige por unos ritmos, marcados a su vez por la exposición solar. «Las lámparas, los entornos artificiales han generado problemas en las personas, por lo que se recomienda que el proceso de dormir se inicie prevamente en un entorno de penumbra», recomienda el doctor del Campo. En cuanto al hecho de leer o escuchar música, «no podemos decir si favorece o no, lo normal es que cada persona detecte qué es lo que le ayuda a la hora de poder dormir», concluye.

El estudio en torno al sueño y sus trastornos es un campo en avance que cada vez centra más el interés de diferentes especialistas, «y es precisamente en los grupos multidsiciplinares hacia donde debe evolucionar la atención a este tipo de patologías que, hoy por hoy, no cuentan con un especilista de referencia», reclama Félix Del Campo, que también forma parte de la Sociedad Española del Sueño.

Una entidad que el próximo año, «problabemente en el mes de marzo», reunirá en Valladolid a más de un centenar de especialistas en torno a su Congreso Nacional, que cada año trata de profundizar en los nuevos abordajes y estudios acerca del sueño y sus trastornos.

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