Emilio José Martínez, vicario general de la Orden del Carmelo Descalzo
Emilio José Martínez, vicario general de la Orden del Carmelo Descalzo - m. martín
v centenario de santa teresa

«Santa Teresa sería hoy una defensora de la mujer, sin estridencias ni estupideces»

Emilio José Martínez, vicario general de la Orden del Carmelo Descalzo y responsable de la Fundación V Centenario, reivindica la vigencia actual de la santa abulense

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-¿Qué significado tiene este V Centenario?

-Santa Teresa constituyó la Orden de los Carmelitas Descalzos y nosotros vivimos de acuerdo con el sueño que ella tuvo. Es la oportunidad de poder regalar algo a nuestra madre, la que nos ha dado a luz espiritualmente y también comprender que el mejor regalo sigue siendo ella. Aunque nos empeñemos en hacer muchas cosas para celebrarla, lo mejor es sentarnos a mirarla, volver a escucharla y preguntarle: «Teresa ¿qué quieres que seamos de nuevo?».

-¿Qué vigencia tiene en una sociedad como la actual?

-La vigencia es absoluta. Es un personaje universal. Es un clásico, y la grandeza de un clásico es que su vida y su palabra no sirven sólo para el momento en el que vive, sino que contienen un magisterio de vida que no se da en ninguna universidad y continúa a través de los siglos.

Su mensaje sigue vigente porque nos habla de valores que nos faltan y que ansiamos tener. Teresa es una mujer decidida, comprometida, que cree en sus propias posibilidades, que predica, a quien quiera escucharla, que puedes tomar las riendas de tu propia vida y las riendas del mundo. «Mirad que no estáis huecas», les decía a sus monjas. Ése es el mensaje.

-¿Cómo le diría a un no creyente que se acerque a la Santa?

-Yo le invitaría a acercarse sin prejuicios, tomando conciencia de que el personaje es eminentemente religioso, pero que el mensaje que trasmite es una escuela de vida. También les invitaría a investigar su comunicación. En un mundo como el nuestro tan aparentemente comunicado, con tantos medios, echamos de menos comunicarnos de manera más auténtica, más viva, palabra a palabra, carne a carne. Ella quiso constituir comunidades en las que la gente se comunicaba y comunicaba algo.

-Y eso que entonces no había WhatsApp o redes sociales

-Si hubiera tenido los medios de ahora, hubiera reventado bastantes teléfonos móviles, hubiera estado presente en todos esos medios. Hay que pensar que escribió más de 17.500 cartas. Era una mujer eminentemente comunicadora. Muy amante del silencio, pero también enamorada de la palabra y de la capacidad que Dios ha dado al hombre de hablar con el otro. Es una mujer que escribe casi como habla. Seguro que la hubiéramos tenido presente en Facebook.

-Pero siembre se la imagina en soledad, en un estado místico...

-Santa Teresa no son sólo éxtasis, levitación y cosas de este tipo, que la Iglesia, por otra parte, nunca ha considerado importantes. Es autenticidad humana reforzada por una experiencia de Dios vivo.

-¿Cómo sería hoy Santa Teresa?

-No la imagino muy distinta. No la pienso una mujer rompedora, sino como una persona que continuaría un camino de contemplación, creadora de comunidad, una defensora de la mujer, pero sin estridencias ni estupideces, sino apelando a lo mejor que la mujer tiene y ofreciéndolo a la sociedad y lamentándose de que esta sociedad en la que siguen imperando los hombres no deja a la mujer adquirir su verdadero protagonismo. La imagino creando muy solidaria, llorando por el dolor de los pobres, los enfermos, temerosa al ver las catástrofes en televisión, incluido este virus tan terrible que es el ébola. La imagino capaz de hablar y tomar la palabra valientemente cuando toca, inteligente, ágil, emprendedora... Y, eso sí, explotando todos los medios que la sociedad pone a nuestro alcance.

-Hay quien quiere ponerle etiquetas: de izquierdas, de derechas, feminista, revolucionaria...

-Era una mujer de todos y se puede encontrar lo mismo a una persona que te dice que la Santa es la gran representación de los valores de la raza de España o a quien dice que era una gran revolucionaria. Pues no. Ni revolucionaria ni santa de la raza. Era una mujer capaz de hablar con todos, plural y de criterio claro, que cuando veía algo injusto que iba en contra del Evangelio se rebelaba. En eso sí, era rebelde, pero a favor del Evangelio.

-¿Santa Teresa estaría encantada con el Papa Francisco?

-Pues sí. En muchas cosas de las que dice el Papa hay una comunión de ideas. Su modo de expresarlas me recuerda muchísimo a Teresa, como esa idea del Papa de que el cristiano de hoy está llamado a ser discípulo y misionero.

-¿Vendrá Su Santidad a Ávila?

-Es nuestra esperanza y nuestra ilusión. No hay una fecha cerrada porque el Vaticano es el que tiene que confirmarlo. Nos gustaría mucho que viniera para el encuentro de jóvenes que tendrá lugar en Ávila en agosto. La decisión está en sus manos y esperamos que sea un sí. Podemos decir objetivamente que su visita es casi segura.

-¿Cómo está la Orden de los Carmelitas Descalzos?

-La orden tiene tres ramas: las monjas, con 10.000 en el mundo; los frailes, que somos cerca de 4.000, y los carmelitas seglares, que son 50.000. En el primer mundo, está en una crisis seria de vocaciones, pero es muy floreciente en América Latina, en Asia oriental, en la India y en África.

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