IMPERTINENCIAS LIBERALES

Un buen momento… electoral

En ese entorno, Canarias también inicia una nueva legislatura sin retocar el gasto público

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LOS artículos que escriben los políticos en la prensa dominical son un buen recurso para el analista de la actualidad ante una eventual sequía creativa, en el bien entendido caso de que asumamos que los autores son los mismos que ponen su rúbrica, algo que no está científicamente probado.

Viene esto a cuento por el entusiasmo con el que los dirigentes (o amanuenses) del Partido Popular celebraban el anuncio de rebaja de impuestos hecho público esta misma semana por Mariano Rajoy. La afirmación más repetida es que por fin ha llegado el momento en que los impuestos se pueden bajar, cuando en realidad lo único temporalmente interesante es que habrá elecciones antes de fin de año. Rajoy pudo haber recurrido a una rebaja sustantiva del gasto público en vez de masacrarnos a impuestos, pero no tuvo la gallardía y/o el ingenio para ello y decidió ir a lo segundo para abordar la necesaria consolidación fiscal que necesitábamos.

Después de subir todos los impuestos imaginables y crear otros nuevos, algunos turiferarios populares se extrañan cuando oyen a economistas como Juan Ramón Rallo (estará la próxima semana en Lanzarote) decir que Cristóbal Montoro sería el ministro de Economía ideal para un gobierno de Podemos. O al leer al periodista John Müller titular un brillante análisis «Lo que va de Rajoy a Cayo Lara», en el que se acredita que en España el PP ha llevado la tributación hasta cotas que le parecían excesivas a IU.

Pese al aumento de recaudación, el déficit del Estado sigue estando cerca del 6% del PIB y la deuda supera el billón de euros, lo que demuestra que el problema siempre lo hemos tenido en el gasto, que no ha descendido apreciablemente pese a las reiteradas apelaciones a la austeridad, mucho más formal que real. En ese entorno, Canarias también inicia una nueva legislatura sin retocar el gasto público, disminuyendo apenas el impuesto de sucesiones y fiándolo todo a una recuperación económica que pueda sufragar los compromisos políticos que han pactado nacionalistas y socialistas, quienes ya han descartado rebajar los impuestos y tasas que se elevaron temporalmente en 2012. Es bien conocido que no hay nada más definitivo que impuestos que se elevan o crean para atender necesidades temporales. Los gobiernos, que gestionan directamente el 50% del PIB y mandan mucho sobre el restante 50%, deberían reflexionar seriamente sobre los límites de su acción y considerar la posibilidad de irse retirando poco a poco para ser sustituidos por la sociedad civil. Nada de eso está en el acuerdo para gobernar Canarias, por más que parecía un buen sitio por el que comenzar.

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