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¡Cuidado con las carteras!

Los partidos que defienden los altos impuestos, los subsidios, las moratorias turísticas y las regulaciones en todos los ámbitos de la vida personal y empresarial fueron mayoría indiscutible

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Los resultados de las elecciones en Canarias del pasado 24 de mayo no deberían sorprendernos. Algunos hablan de que el aparente abandono del Partido Popular a sus tres máximas —cuadre presupuestario reduciendo impuestos y gasto, tolerancia cero a la corrupción y todo el peso de la ley y la justicia contra los terroristas— posicionándose con políticas de centro izquierda ha radicalizado a la izquierda y castigado a los populares en las distintas comunidades autónomas y municipios, permitiendo así que la izquierda haya arrasado en las últimas elecciones en casi toda Canarias. Puede que esto haya tenido algo que ver, sin embargo, la respuesta es más simple: la mayoría de los canarios son defensores de la hiper regulación, los subsidios y los impuestos y, por esta razón, los partidos que apoyan estas ideas han triunfado claramente.

Si analizamos los resultado podemos observar que entre el gran abanico de partidos políticos que concurrieron a los comicios únicamente había un pequeño partido que apostaba por la drástica reducción de impuestos, gasto público y regulaciones: el P-Lib. Este partido obtuvo el doble que en su mejor resultado, algo más de 700 votos. Entre los partidos mayoritarios solamente el Partido Popular llevaba en su programa una minúscula reducción de impuestos, el resto no se ocuparon de la materia por no ser relevante para la mayoría o planteaban aún más impuestos.

En las Islas, las personas que defienden los principios de la libertad, es decir, la propiedad privada, la no agresión, la libre cooperación social y la defensa de la libertad del individuo y las minorías frente a las mayorías, son claramente unos pocos. Prueba de ello es que los partidos que defienden los altos impuestos, los subsidios, las ayudas públicas a las empresas, la competencia controlada por el Gobierno, las moratorias turísticas y las regulaciones en todos los ámbitos de la vida personal y empresarial fueron mayoría indiscutible.

Por todo ello, animo a los pocos canarios que defiendan los principios de la libertad que ahora más que nunca no decaigan y den la batalla de las ideas para que poco a poco la gente descubra las virtudes de la libertad frente a la coerción. Se puede hacer de forma individual, uniéndose o creando instituciones que sirvan como altavoz o con proyectos empresariales que satisfagan mejor y más barato a la sociedad que cualquier servicio decadente y monopolístico público.

Solo de esta forma se puede aspirar a que se produzca un gran cambio hacia el bienestar, el desarrollo y la desaparición de la pobreza en nuestro archipiélago. Es un camino largo, tortuoso y de éxito no garantizado, pero es la única vía para poder llegar algún día a disfrutar de la ansiada libertad y prosperidad. Pero, mientras tanto, sujeten bien sus carteras, porque las previsiones de saqueo continuo a nuestros bolsillos están garantizadas.

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