babilonia en guagua

Y después ¿qué?

Mientras todo esto pasa en el fango de Canarias, unos pocos chapotean por el mismo encantados de haberse conocido y con un ramillete de ideas chiripitiflaúticas

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En estos azules de mayo, el calor está haciendo estragos en nuestra magna patria. Las altas temperaturas unidas a la fogosidad propia de la semana previa a las elecciones municipales/cabilderas/regionales, hacen que no sólo el mercurio de los termómetros se derrita, sino también más neuronas de lo estrictamente necesario.

Desgraciadamente, cada vez se pueden consultar más noticias que dibujan la calamidad social a la que ha llegado la humanidad en general, y la recluida en este vergel de belleza sin par, en particular. Fallecidos a tiros; robos de gran violencia en pleno centro urbano y a la luz de día; violencia de género y contra niños, niñas y adolescentes; centros de salud cerrados por altercados contra el personal sanitario; violencia contra los sin techo...

No se trata de las noticias en los suburbios de Ferguson, ni los titulares de la realidad de Soweto, se trata del día a día en nuestra tierra única. Esa misma que ahora mismo está empapelada de promesas que el 25M serán carne del olvido.

Mientras todo esto pasa en el fango de Canarias, unos pocos chapotean por el mismo encantados de haberse conocido y con un ramillete de ideas chiripitiflaúticas. Se suelen resumir en macroestructuras dignas del ego de nuestros próceres que son la guinda del corta-pega habitual en anteriores programas electorales.

Para ello no escatiman en paseos mostrando sus habilidades innatas en cualquier materia de la ciencia humana, abrazándose y dejándose abrazar por la plebe y dejándose ver en aplaudidas citas tetraanuales por plazas, mercados y demás escenarios periurbanos. Pero, sobre todo, hacen gala de una dialéctica que tontea con la demagogia.

Peroratas maniqueístas basadas en pensamientos circulares que suelen plasmar en eructos de 140 caracteres, y además varias veces por hora, para dejar constancia a las generaciones futuras de su denodado esfuerzo. Hacer campaña electoral es como el Día de los enamorados, vino y rosas para celebrar el amor eterno una sola noche y mientras, el resto del año, de uñas y dientes. Lo mismo pero con la sociedad.

Y después del 24M ¿qué pasará? Acaso a partir de ese día el Servicio Canario de Empleo colocará a más del 1,5% de los nuevos ocupados tal como hace actualmente; o nos podremos enfermar con mayor dignidad en colas menos sonrojantes; qué pasará con la estructura social que ha quebrado la crisis; qué modelo socioeconómico de archipiélago buscamos; dónde queda la sensibilidad con las personas. El verdadero espíritu de compromiso público se mide con los gestos. A fin de cuentas las palabras se las lleva el viento. Y eso... no cuenta.

Buenos días, y por si no volvemos a vernos: Buenos días, buenas tardes y buenas noches.

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