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El burricedario

De otra cosa no, pero de siglas de partidos políticos, en Canarias tenemos para dar la vuelta dos veces un abecedario

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En estos días de abril, si hay algo que se escucha más que el mosqueo monumental que se agarraron los asistentes a los conciertos en Adeje y Maspalomas de un personaje con dramática denominación shakesperiana, son las agoreras predicciones en materia de pactos electorales del próximo mes de mayo. Que también tiene tintes dramáticos al más puro estilo de Hamlet, incluidas puñaladas reales, algún fantasma que otro y venganzas varias. Estudiosos en la materia ya poseen bajo el sobaco, sobrados informes para todos los gustos con su escenario político favorito. El ámbito da igual. Para un doctor en la materia, el mismo informe sirve para analizar: ayuntamientos, cabildos y gobierno autónomo. ¿Quién dijo miedo?

No crea que la cosa es baladí.

Tiene su complejidad. Antes era más fácil. No es lo mismo predecir el escenario cuando son puestos por la gracia de Dios, que ahora, cuando son puestos por la gracia de otros. Hay que tirar de análisis sesudos o de talonario.

El caso es que hay estadísticas para todos los gustos, como no podría ser de otra manera. El que paga manda. Y así todos los próceres de la patria baifa, dispersos por las formaciones y conglomerados políticos más importantes, ya disponen de las claves que predicen el futuro. Todos coinciden en que van a arrasar y están de un optimista que ni General Custer en Little Big Horn.

De otra cosa no, pero de siglas de partidos políticos, en Canarias tenemos para dar la vuelta dos veces un abecedario. Así que la combinatoria es harto compleja. Desde la triada clásica, hasta los nuevos aires que vienen del hartazgo ciudadano, pasando por los grandes clásicos que nunca se fueron y que no paran de fundar y refundar partidos políticos con una horma adecuada a sus intereses. Generales se entiende. Incluso se da el caso de algunos que nacieron para presidentes de gobierno directamente. Los votantes así no lo creen. Pero claro, ellos todavía no lo saben y no hay nadie que se atreva a decírselo.

De lo que estamos seguros es que la erosión afectará a grandes y a chicos. A los grandes por lo que todos sabemos y padecemos. Y a los chicos porque de tanto ladrar al final asoman los mismos colmillos. No hay nada nuevo bajo el sol. ¿El resultado? Ni idea. Está claro que el que aporte más guaracha y compadreo tiene las de ganar. Pero como nunca se sabe, ahora mismo más de uno está buscando una pareja que le sea fiel el mayor tiempo posible de la próxima legislatura. Ya se sabe: guitarra, tabaco y ron.

Y al final, una vez pasado el subidón de la noche electoral, alguno que no haya alcanzado las esperadas buenas nuevas, le pedirá explicaciones cual Macbeth a las brujas para que le aclaren el sentido de las profecías. Ahora como entonces, desaparecerán. Eso sí, hasta noviembre.

Buenos días, y por si no volvemos a vernos: Buenos días, buenas tardes y buenas noches.

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