Las exportaciones de General Motors y de alfalfa obligan a ampliar la Terminal Marítima de Zaragoza

Una inversión de cinco millones de euros ha permitido a la Terminal Marítima de Zaragoza doblar su capacidad, tanto ferroviaria como de manipulación de contenedores. Esta infraestructura es el kilómetro cero de las exportaciones de la Comunidad. De aquí parten todos los días contenedores cargados de mercancía, que tienen como principal destino del puerto de Barcelona. Allí embarcan a diferentes destinos del mundo.

El aumento constante de las exportaciones que se está dando en Aragón en los últimos años provocó que las instalaciones se quedaran pequeñas. De ahí que el Consejo de la Terminal Marítima de Zaragoza –en el que participan el Ayuntamiento de la ciudad a través de Mercazaragoza, el Puerto de Barcelona y el Gobierno de Aragón, junto a Ibercaja y empresarios locales– acordara hace unos meses acometer una ampliación de las infraestructuras.

Ampliación que permitirá doblar el tráfico de mercancías que registra actualmente.

Y es que el puerto seco de Zaragoza duplicó el pasado año el tráfico ferroviario y la carga de mercancías hasta alcanzar máximos históricos: pasó de 135.000 contenedores en 2013 a más de 270.000 contenedores manipulados en 2014, lo que la convierte en una de las terminales con más empuje en el panorama nacional.

El enclave zaragozano sirve como terminal intermodal para las mercancías de todo el valle medio del Ebro y actúa como un pilar fundamental para las exportaciones e importaciones de todo tipo de carga industrial, si bien una parte de su actividad está dedicada a productos agroalimentarios por su fuerte vinculación accionarial con Mercazaragoza, donde además está ubicada.

Su actividad con las principales navieras del mundo y con los puertos genera un importante tráfico de mercancías, que ha colocado a la capital aragonesa en lo alto del ranking de las ciudades con mayor capacidad exportadora e importadora. Se trata de un operador neutral que ofrece servicios logísticos a los armadores, transportistas y a los importadores y exportadores que gestionan su logística. Es, por tanto, un centro intermediario al que cada día llegan cientos de contenedores procedentes de todo el mundo.

Y es que para que la terminal marítima funcione a pleno rendimiento el tridente barco, tren y camión tiene que ofrecer la máxima versatilidad. Para ello, la terminal marítima de Zaragoza cuenta con instalaciones ferroviarias propias, convirtiéndose en un centro neurálgico de comunicaciones terrestres. Ahora, gran parte de sus opciones de futuro pasan por ampliar estas infraestructuras.

De Zaragoza al mundo

El trabajo en este puerto a orillas del Ebro es continuo. Los contenedores, con todo tipo de mercancías, llegan a través del tren procedente en su mayoría del puerto de Barcelona. La relación con las instalaciones marítimas de la Ciudad Condal es vital para el desarrollo que en los últimos años ha experimentado el puerto seco de Zaragoza.

La terminal comenzó a funcionar en el 2001, precisamente como iniciativa del Puerto de Barcelona y Mercazaragoza, que apostaron por el potencial logístico de Zaragoza y se decidieron a crear la nueva infraestructura. Los años les han reafirmado en su postura, y más si se tienen en cuenta los últimos datos ofrecidos por la terminal marítima.

A pesar de la crisis, este servicio ha seducido a las navieras más importantes del mundo, como la danesa Maersk o la suiza MSC, además de otros operadores y clientes como TCB Railways,Hapag-Lloyd, Continental Rail, EWS, Comsa o Renfe.

La ubicación de la capital aragonesa fue fundamental para la apertura del puerto seco. La terminal marítima está ubicada en Mercazaragoza, a tan solo unos kilómetros de los polígonos industriales más importantes de la ciudad, cerca del aeropuerto o la Ciudad del Transporte. Además de su conexión ferroviaria, cuenta con el enlace directo a la autopista vascoaragonesa, a la autovía de Madrid y la autopista de Barcelona y, por lo tanto, con la red viaria que une Zaragoza al resto de la península.

Este posicionamiento estratégico hace que su área de influencia supere ampliamente los límites de Aragón, llegando hasta La Rioja y Navarra. Así, la puesta en marcha de este centro logístico se ha favorecido las tareas de importación y exportación de todo el Valle Medio del Ebro.

Desde el corazón de Zaragoza, ya sea por tren o por camión, los cargadores pueden trabajar con los mismos servicios que se prestan en el Puerto de Barcelona.

Así, la terminal permite a los clientes que llegan por camión a su complejo trasvasar sus mercancías al tren y operar con los puertos españoles como si ya estuvieran en las infraestructuras portuarias y así conectar con los grandes puertos del mundo desde la capital aragonesa.

El por qué de su éxito

Son varios los motivos que han llevado a la Terminal Marítima de Zaragoza a duplicar sus operaciones. Uno de ellos, es la implantación de la cadena de montaje del Opel Mokka en la planta zaragozana de General Motors, que ya implicó el pasado año una ampliación del puerto seco con el objetivo de tener mayor capacidad.

Otro factor es la gran cantidad de alfalfa que se exporta desde Aragón hacia los países de Oriente Medio. Esta producción, tan implantada en algunas áreas del área de influencia de la terminal, ha servido de impulso para optimizar las cadenas logísticas de muchas empresas importadoras y exportadoras de todo el valle medio del Ebro.

También destaca el aumento de los servicios con las dos principales terminales de contenedores del puerto de Barcelona, que se tradujo en hasta seis frecuencias diarias el pasado verano. Pero además de las conexiones regulares con el puerto barcelonés, el año 2014 fue el de la consolidación de los servicios regulares con el puerto de Bilbao y, por extensión, de las conexiones con el Cantábrico desde Zaragoza.