El tripartito de Alicante, tras la frustrada reunión con directivos de Ikea
El tripartito de Alicante, tras la frustrada reunión con directivos de Ikea - juan carlos soler
opinión - «mayormente despejado»

Maneras

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La mayor muestra de respeto que se le puede brindar a una persona en una cita importante es demostrar de forma clara y evidente que te has tomado tiempo en pensar en ella. Los detalles también cuentan en el durante. Hay códigos inviolables en el mundo de los negocios, como la chaqueta y la corbata en las reuniones de calado, igual que en una visita a China es aconsejable entregar la tarjeta de visita con los dos pulgares sobre ella y dedicar unos segundos a examinarla con idéntico gesto antes de guardarla tras recibirla. Maneras. Durante siglos, el ser humano ha marcado así una distancia fundamental con otras especies. En Oriente son imprescindibles y Gran Bretaña aún se siente orgullosa de sus «lords», mientras en España apenas conservamos restos de un señorío envidiado.

No se trata de cultura o educación: algunos pueblos y sus gentes son cortos en el leer y escribir, pero inmensamente sabios en la forma de tratar al prójimo.

El problema viene cuando esa carencia se da entre cargos de organismos oficiales. Ayer, directivos de Ikea se levantaron de su reunión con los miembros del tripartito de Alicante al ver entrar a los reporteros gráficos. Convocados por el propio Ayuntamiento, nadie entre una treintena de asesores cayó en la cuenta de avisar de ello a los invitados. El sainete fue público, pero otros no se ven. Como la marcha indignada del director general de una importante empresa tras cansarse de preguntar entre mesas de funcionarios por su anfitrión, Miguel Ángel Pavón, sin que nadie saliera a recibirle. Cortesía. Como la de comparecer ante los medios con una vestimenta adecuada y no una estética bolivariana cercana al chándal chavista, con el que su portador demuestra que se pasa por el forro (de la prenda) a la institución que representa. En Valencia incluso quieren poder ir a Les Corts vestidos como el que va de birras con los colegas. Decoro.

Para eso la anterior corporación contaba con una excelente jefa de Protocolo, pero fue depurada para hacer sitio a otros que ganaron puntos a base de hostigar en las redes sociales a los disidentes de sus patrones. Todo sumado, la imagen es esta: la de una panda de amigos que ha comprado la entrada para el baile juntando entre todos la calderilla de unos votos que por separado no daba para nada, y que cuando ha entrado al salón se ha dado cuenta de que no conoce el paso.

Twitter: ivan_munoz

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