Echávarri quiere desestacionalizar el turismo pero sin abrir los domingos

La reunión que ayer mantuvieron Gabriel Echávarri y Francesc Colomer sirvió para empezar a trazar algunas de las líneas que seguirá la política colaborativa de Consell y Ayuntamiento respecto al turismo en Alicante. El secretario general de Turismo de la Generalitat centró sus miras en la «desestacionalización» de la oferta. A su parecer, Alicante es un destino "delicioso" más allá de la siempre concurrida temporada estival, cosa que hay que hacer que «los mercados» entiendan. El dirigente regional habló del turismo como un sector «fundamental para entender el futuro», pues a su juicio «la crisis se ha resistido mejor» allá donde ha funcionado.

Gabriel Echávarri destacó el potencial «absolutamente terrible» de Alicante como destino, además de asegurar que desde el Consistorio se trabaja para, durante los próximos cuatro años, convertir la ciudad en una opción vacacional «atractiva, con identidad y rasgos propios».

Una de las principales bazas del tripartito será la retirada de la Zona de Gran Afluencia Turística del centro de Alicante, medida conocida por la liberalización horaria que otorga a los comercios. Para el regidor, que admitió que se trata de una propuesta secundada por todo el tripartito, esta liberalización supone «competencia desleal» hacia el pequeño comercio.

Para el alcalde, la ZGAT «no ha hecho que vengan más turistas o cruceristas», pese a que el número de visitantes llegados a Alicante a bordo de cruceros, independientemente del motivo, tiene la previsión de triplicar en 2015 las cifras del año anterior.

El socialista ha criticado la libertad horaria por suponer un impedimento para la conciliación entre la vida laboral y familiar para empleados de grandes superficies, de los que afirmó que no cobran por las horas extraordinarias que conlleva esta apertura. Echávarri añadió que no por abrir los siete días se «vende má»", por lo que la ZGAT se limitará a su perímetro anterior, acotado a la franja litoral de la ciudad. Así, Consell y Ayuntamiento trazarán una estrategia conjunta con la meta de conjugar un turismo regular durante doce meses que no podrá ir de compras muchos festivos.