Imagen de José Císcar en la sede del PP de Alicante
Imagen de José Císcar en la sede del PP de Alicante - JUAN CARLOS SOLER
DIPUTACIÓN DE ALICANTE

Por qué a Ciudadanos no le gusta José Císcar

El coordinador de C’s en Alicante se enemistó con el presidente provincial del PP en su etapa como popular

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Noche electoral en la sede del PP de Alicante, en la avenida Salamanca. A medida de terminan los escrutinios municipales y tirando de calculadora, el presidente provincial de los populares alicantinos, José Císcar, llega a verse como presidente de la Diputación. Los buenos resultados de Ciudadanos le han valido un diputado a la formación de Albert Rivera, que –a diferencia de la mayoría de instituciones donde han entrado– sí será decisivo en el pleno provincial alicantino, y la entrada de los nacionalistas Compromís impide sobre el papel cualquier entendimiento entre los de Carolina Punset y el bloque de izquierdas.

La lógica indica que, como postura de partida, el diputado provincial de C’s –presumiblemente, su candidato a la Alcaldía de Alicante, José Luis Cifuentes, si es que no acaba de alcalde por una carambola con PSOE y Guanyar– se abstendrá en la constitución de la Diputación para no apoyar ni al PP ni a un tripartito, y que el candidato popular presidirá el pleno en minoría con 15 diputados.

Con lo que Císcar no contaba esa noche era con el surgimiento de un movimiento interno en el PP de Alicante que pide que sea Luisa Pastor, la todavía presidenta, la que opte a revalidar el cargo. Un movimiento que se ha combinado con la determinación del coordinador territorial de C’s en Alicante, Emigdio Tormo, de no dejar gobernar al PP si es Císcar quien opta al puesto.

Las razones hay que buscarlas en el pasado popular de Tormo. El 24-M, el ilicitano lideró la candidatura de C’s a las Cortes por Alicante, al igual que Císcar hizo lo propio con la del PP. Ambos son viejos conocidos, de los tiempos en que Tormo era el edil crítico del PP de Mercedes Alonso, cuando la alcaldesa de Elche –que perderá el poder a manos de un tripartito el 12 de junio– lideraba la oposición al socialista Alejandro Soler. A finales de 2008, Tormo impidió –por indicación del entonces presidente provincial del PP, Joaquín Ripoll, imputado por cinco delitos en el Caso Brugal– una moción de censura contra Soler. El socialista se quedó en minoría al «desaparecer» voluntariamente su edil de Hacienda, harta de su pacto con Compromís. Pero Tormo también desapareció y equilibró las fuerzas. Ripoll y Tormo abortaron la moción de censura.

El PP reaccionó suspendiendo de militancia al edil semanas después, tras una campaña de duras críticas contra Alonso. Y Ripoll lo premió situándolo al frente de la recién creada Agencia Provincial de la Energía (a pesar de que la Diputación no tenía competencias en la materia). Entre 2009 y 2011, Tormo gestionó un presupuesto anual de 400.000 euros desde un cargo creado ex profeso y para el que fue nombrado «a dedo».

Sin embargo, tras las elecciones municipales de 2011, el PP apartó a Ripoll de la Diputación al promover en l’Alacantí una lista liderada por Luisa Pastor, que aglutinó el apoyo de la mayoría de alcaldes de la comarca. Una estrategia en la que Císcar, entonces delegado del Consell, jugó un papel determinante. Y ahora, cuatro años después, Tormo amenaza con tomarse la revancha desde Ciudadanos.

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