opinión

El capital riesgo en las PYMES

Existe una convicción creciente en el empresariado: ha vuelto cierta alegría inversora y es necesario tomar posiciones

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Hace unos días organizamos en Alicante una jornada sobre capital-riesgo dirigida por el catedrático de la UCM José Martí Pellón.

La iniciativa partía de la convicción creciente de muchos empresarios de que vuelve una cierta alegría inversora y es necesario tomar posiciones en este nuevo mundo más exigente y competitivo que empieza a aparecer.

Nuestro planteamiento inicial estaba claro: queríamos jugar el papel de inversores para crecer como empresarios. Pero a lo largo de la jornada fue emergiendo una nueva posibilidad: la de analizar la visión como invertidos, especialmente para empresas medianas consolidadas que se plantearan dar el paso internacional de la mano de un jugador global, o con la intención, especialmente en empresas familiares, de dar una salida a accionistas pasivos –lo que suele ser necesario a partir de segundas y terceras generaciones- profesionalizando la gestión.

Ambas posibilidades resultan muy útiles y en muchas ocasiones imprescindibles para la consolidación de esta mejoría que empezamos a vislumbrar: la actuación como inversores en capital riesgo siempre que estemos buscando una empresa que apoye nuestro crecimiento en el mismo sector (expansión territorial básicamente, o mejora de segmentación) o en sectores diferentes que ofrezcan sinergias con el nuestro (diversificación en sus diferentes grados). En estos casos, la inversión en esa empresa a través de capital riesgo nos permite conocerla antes de tomar la decisión de comprarla o no, sin comprometer excesivamente nuestra reputación o nuestros recursos si la operación finalmente no saliera como esperamos.

Tiene menos sentido la inversión corporativa con instrumentos de capital riesgo en empresas buscando exclusivamente rentabilidad. No suele aportar eficiencia social ni económica.

Y como les decía, la jornada también facilitó el análisis opuesto, la posición de la empresa como invertida en lugar de como inversora. Las posibilidades que ofrece son, sin duda, muchas, sobre todo si identificamos correctamente al posible inversor que pueda actuar como catalizador de diferentes adquisiciones complementarias capaces de cambiar el nivel de nuestra empresa para subirla a la «liga mundial», que es la liga en la que se van a jugar los partidos relevantes.

Lo más importante de todo esto: invirtiendo, invertidos o simplemente haciendo las cosas bien, empezamos a ver oportunidades en nuestra tierra.

Javier Fur es Presidente del Círculo de Economía de Alicante

Ver los comentarios