Opinion

La cara nueva de Berlusconi

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Sorprende lo parecidas que son las portadas de Berlusconi y las de Belén Estaban, ella ha pagado por una remodelación, y él ha pagado con otra. Yo sé bien que no está bonito atizarle en todo el careto al presidente del Gobierno. Pero hoy, que me he levantado un poco abogado del diablo, me he puesto en el lugar del guanteador y. qué quieren que les diga. Uno se para a pensar en los chanchullos de urbanismo de este país, en los sueldazos de los cargos políticos, en la desfachatez con que se nos pasan por el arco del triunfo, buscando siempre el voto y nunca el beneficio honesto de la sociedad y, ya les digo, me pongo en la piel del tipo éste y pienso que, si cualquier hijo de vecino estampa la réplica de la mezquita de Córdoba en la cara dura de alguno de nuestros políticos, igual le justifica el sueldo. Pienso en lo a gusto que se quedaría, no sirve la queja, ni la súplica, ni nada que uno intente para evitar el abuso, el ordeno y mando despótico, el amiguismo y ese kilométrico etc. Así que, si, puede que sea un escándalo y que esté muy mal agredir al chorizo de turno, pero a mí me resulta simpático, porque me imagino al chanchullero asustado, pensando, si me pongo a robar igual me parten la jeta. Me parece que un mandato debe ser representativo y casi nunca lo es, sin embargo ese guantazo es, muy, pero que muy representativo.