Las autoridades francesas entran en el piso del atacante de Niza

Despierta Niza, con la resaca de la masacre. Paisaje fantasmagórico repleto de huellas de lo...

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Despierta Niza, con la resaca de la masacre. Paisaje fantasmagórico repleto de huellas de lo ocurrido. Intentan llenar las mesas que ayer abandonaban a la carrera. Los forenses buscan cualquier indicio que explique el ataque. Protegen de los curiosos el camión. En él encuentran una pistola automática, con la que pudo disparar antes de ser abatido. Además, una granada, otra pistola, y dos rifles falsos. La tarjeta de crédito y su permiso de conducir, datos que llevan a la policía hasta su casa. Vecinas que pensaban que era un hombre raro, pero miran su buzón sin poder creérselo. Es él. Mohamed Lahouaiej, 31 años, tunecido. Vivía solo, divorciado, tres hijos. Y aquí se quedan. Siguen buscando las respuestas a cómo consiguió el arma, si actuaba solo, o si tenía relación directa con algún grupo yihadista. La pregunta, cómo un hombre que nunca había sido objeto de investigación terrorista pudo matar a 84 personas y dejar en estado crítico a 52.

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