Turquía lleva la guerra de Siria a las fronteras de Europa

Ankara responde a la muerte de 33 militares en Siria con bombardeos contra fuerzas de Al Assad, y empuja a algunos refugiados a huir hacia la UE

Un grupo de rebeldes sirios prepara obuses para una pieza de artillería cerca de Idlib, tras el ataque de la aviación del régimen de Damasco Reuters | Vídeo: ATLAS

Mikel Ayestaran

La tensión se desbordó ayer en la ciudad siria de Idlib tras la muerte de 33 soldados turcos en un bombardeo. Turquía, que ya ha perdido 54 militares este mes, activó una respuesta militar, con duros ataques contra el Ejército sirio; otra diplomática, a través de una conversación directa entre Recep Tayyip Erdogan y Vladimir Putin , que se comprometieron a adoptar «medidas adicionales» para normalizar a situación; y una tercera en la que dio luz verde a cientos refugiados a poner rumbo a las fronteras con la Unión Europea para presionar a Bruselas e intentar que logre mediar con Moscú. De esta forma, los combates en el norte de Siria tuvieron un reflejo directo en las fronteras de Grecia y Bulgaria , donde los emigrantes llegaron para intentar dar el salto a territorio europeo, pero se encontraron con las puertas cerradas y un fuerte despliegue policial. En Turquía hay 3,5 millones de refugiados sirios y otros 900.000 desplazados por los combates en Idlib esperan junto al muro de separación para poder acceder al país.

El alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrel l , se dirigió a las partes en conflicto para advertirles del «riesgo de caer en una gran confrontación militar internacional abierta» y pidió que «la escalada actual se debe detener de manera urgente». Ante la llegada de refugiados, y para que no se repitan las escenas del verano de 2015, Borrell adelantó que «la UE considerará todas las medidas necesarias para proteger sus intereses de seguridad».

Pese a la llegada de refugiados en autobuses, taxis o caminando por las carreteras principales, y seguidos periodistas de los medios turcos, el portavoz del Ministerio de Exteriores turco, Hami Aksoy , declaró que «como el país que más refugiados acoge del mundo, no hay cambio en la política de Turquía hacia los refugiados y solicitantes de asilo». Unas palabras diferentes a las del portavoz del partido islamista Justicia y Desarrollo (AKP), Ömer Çelik , quien apeló a una especie de ojo por ojo y declaró que «como resultado del ataque, los refugiados que están en Turquía se dirigen hacia Europa, y los que se hallan en territorio sirio se dirigen a Turquía».

La noche del jueves fue muy larga en el frente. El ministerio de Defensa ruso emitió un comunicado en el que recogió que «los soldados turcos fueron alcanzados por fuego sirio cuando combatían junto a grupos terroristas», pero desde Ankara denunciaron que Moscú «conocía la posición de nuestros hombres» El jefe de la Presidencia de Comunicaciones del Gobierno turco, Fahrettin Altun, declaró que «se ha golpeado con apoyo de artillería y fuego aéreo todos los objetivos conocidos del régimen», pero no hizo alusión alguna a las fuerzas rusas, principales aliadas de Bashar Al Assad y responsables de controlar el espacio aéreo. Medios turcos elevaron a «más de trescientos» los soldados muertos en la operación de respuesta.

Turquía invocó el artículo 4 del tratado de Washington, bajo el que cualquier aliado de la OTAN puede solicitar consultas cuando cree que su integridad territorial, independencia política o seguridad se ven amenazadas.

Víctimas inocentes

Este incremento de tensión se produjo cuando concluía el ultimátum dado por Erdogan a comienzos de mes a Bashar Al Assad para retirar sus tropas de las proximidades de sus doce puestos de observación establecidos a lo largo de la línea pactada con Rusia en 2018 y tras una jornada marcada por el avance turco y de sus milicias islamistas sirias aliadas, que lograron recuperar la estratégica ciudad de Saraqeb. El Ejército sirio no solo no ha hecho caso al ultimátum sino que, según declaraciones del ministerio de Exteriores recogidas por la agencia oficial Sana, adelantó que «no permitiremos que países occidentales y sus aliados terroristas locales controlen el país».

El Ejército sirio, con ayuda de Rusia, avanza desde el 1 de diciembre y tiene el objetivo de recuperar el control de Idlib, provincia fronteriza con Turquía controlada por el brazo sirio de Al Qaida y donde Ankara tiene una red de puestos de observación. La semana pasada los sirios recuperaron el control de la autopista que conecta Alepo con Damasco, pero el jueves esta vía clave de comunicación volvió a ser cortada. Los turcos cuentan con miles de hombres desplegados en Idlib en apoyo a diferentes grupos locales islamistas que actúan baja la bandera del autodenominado Ejército Nacional Sirio.

En apenas dos meses, 900.000 civiles han escapado de los combates , según las cifras de Naciones Unidas. Huyen hacia el norte, pero Turquía, que ya cuenta con 3,5 millones de refugiados, mantiene cerrada la frontera por lo que viven ahora en campos improvisados a lo largo de la línea fronteriza. En estos campos varios niños ya han muerto congelados debido a las condiciones extremas.

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