Trump contradice a Pompeo sobre el ciberataque a EE.UU. y apunta a China

El secretario de Estado indicó antes que Rusia está «muy claramente» detrás del «hackeo»

Donald Trump y Mike Pompeo, durante una rueda de prensa en Hanoi en 2019 Efe

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Las primeras noticias sobre un ciberataque a gran escala contra el Gobierno de EE.UU. llegaron el fin de semana pasado. Desde entonces, la respuesta durante días de la Casa Blanca ante un « hackeo » del que los expertos –y fuentes gubernamentales anónimas– responsabilizan a Rusia ha sido un silencio incómodo. «Que la Casa Blanca no haya hablado y protestado de forma agresiva y que no tome medidas punitivas es realmente algo extraordinario», criticó el viernes el senador republicano Mitt Romney , uno de los pocos críticos en su partido con el presidente Donald Trump .

Cuando llegó la respuesta oficial al ciberataque, ha sido contradictoria. El secretario de Estado, Mike Pompeo , aseguró el viernes por la noche que no había dudas de que Rusia está tras el «hackeo». «Es un esfuerzo significativo, y creo que ya podemos decir muy claramente que Rusia se involucró en esta actividad», aseguró en una entrevista con el periodista Mark Levin.

Pompeo ofreció además su visión del ataque: «Hubo un intento claro de utilizar un software para colocar códigos informáticos dentro de los sistemas del Gobierno de EE.UU. y ahora parece que también en los sistemas de gobiernos y compañías en todo el mundo». Según reconoció el presidente de Microsoft, cuya compañía ofrece plataformas digitales a entidades y empresas de todo el mundo, el «hackeo» ha afectado a otros siete países, además de EE.UU., entre los que se incluye España (Microsoft no dio más detalles a preguntas de ABC sobre qué entidades españolas se han visto afectadas y en qué medida).

«Está todo bajo control»

Las declaraciones de Pompeo saltaron por los aires cuando ayer Trump dio una versión muy diferente. «El ciberataque es mucho mayor en los medios “fake news” que en la realidad. Me han informado de todo y está todo bajo control», aseguró desde su cuenta de Twitter, en contradicción con lo que ha defendido su propio Gobierno.

La Agencia de Ciberseguridad y Seguridad en Infraestructuras (CISA, en sus siglas en inglés), que forma parte del Departamento de Seguridad Nacional, aseguró que el ciberataque supone un «grave riesgo» al Gobierno federal y a otras entidades que podrían haberse visto afectadas. El responsable de CISA, Christopher Krebs, fue despedido el mes pasado por Trump después de que dijera que las elecciones presidenciales, en las que Joe Biden se impuso por una diferencia de más de siete millones de votos, había sido «las más seguras de la historia de EE.UU.».

El «hackeo» se remonta a marzo, por lo que las autoridades creen que los piratas informáticos han tenido acceso a los sistemas informáticos de las entidades afectadas durante nueve meses. Buena parte se realizó a través de un software maligno insertado en la actualización de un programa de la compañía SolarWinds, que ofrece soporte tecnológico a 18.000 entidades y compañías de todo el mundo.

Con el paso de los días, se conocen nuevas agencias federales que han sido penetradas por los «hackers». Entre otras, los departamentos de Seguridad Nacional, Estado –el que lidera Pompeo–, el Instituto Nacional de Salud –que ha colaborado en el desarrollo de la vacuna de Moderna, autorizada esta semana por EE.UU.–, Tesoro, Comercio o Energía. En este último, se sabe que los «hackers» penetraron en la Administración Nacional de Seguridad Nuclear , que gestiona las reservas nucleares del país, tanto para uso civil como militar.

Todavía falta mucho por saberse del ciberataque, su extensión, la capacidad de los «hackers» de obtener acceso a información sensible o el impacto futuro que pueden tener sus acciones. Se cree que se puede tardar años en limpiar los sistemas afectados.

«Rusia, Rusia, Rusia, es el cántico prioritario cuando pasa algo», dijo Trump en su mensaje en la red social, al que se le ha acusado de un trato amable hacia Moscú desde que negara las conclusiones de la inteligencia de EE.UU. sobre la interferencia rusa en las elecciones que ganó en 2016. Trató, además, de desviar el tiro hacia otro rival. «La prensa basura, por razones económicas, no es capaz de discutir la posibilidad de que sea China (¡podría ser!)», deslizó el presidente de EE.UU.

Las autoridades de su Gobierno, sin embargo, han asegurado de forma anónima –en un análisis que también comparten muchos expertos– que creen que el ataque viene del SVR, el servicio de inteligencia ruso que es el sucesor del KGB.

Trump trató también de embarrar el asunto con sus acusaciones de «fraude masivo» en las elecciones que perdió el mes pasado, que no ha podido demostrar en los tribunales. «También podría haber sido un ataque a nuestras ridículas máquinas de votación en la elección», aseguró sobre una alegación, para la que no ha presentado pruebas, de que las máquinas entregaron «millones» de sus votos a Biden.

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