Rusia busca con la ONU enumerar los grupos opositores sirios para facilitar la paz

El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, recibió ayer en su palacete del centro de Moscú al enviado de la ONU para Siria, , Staffan de Mistura, con el objetivo de sentar las bases para un diálogo entre el régimen de Bashar al Assad y la oposición siria.

De Mistura acaba de regresar de Damasco para explorar la disposición de Assad para iniciar un proceso político y ahora necesita que las partes implicadas, especialmente Moscú y Washington, se pongan de acuerdo sobre lo que puede considerarse «oposición moderada» a fin de descartar de las conversaciones a las «organizaciones terroristas», tarea nada fácil toda vez que las posiciones de las partes difieren sustancialmente en la definición de unos y otros.

Lavrov expresó ayer el deseo de que una lista de los grupos opositores «moderados» pueda ser confeccionada en los «próximos días» para sentarlos con Assad a la mesa de las negociaciones y acordar un calendario para la transición y un alto el fuego.

Así se dispuso el pasado viernes en Viena en una amplia reunión en la que participaron los jefes de las diplomacias de Rusia, Estados Unidos, Turquía, Arabia Saudí, Irán y muchos otros países de Oriente Próximo, además de la alta representante de la UE, Federica Mogherini.

La hoja de ruta de nueve puntos pactada en la capital austriaca deja en manos de Naciones Unidas el ingrato trabajo de posibilitar un «diálogo directo» entre Damasco y la oposición siria. También la elaboración de sendas listas de opositores moderados y grupos terroristas sirios, otro de los puntos de la declaración de Viena.

«Se trata de saber quién pertenece a esa oposición que se dice moderada y que debería formar parte de las negociaciones que el enviado de la ONU y su equipo están preparando en el contexto del arreglo político de la crisis siria», dijo ayer el ministro de Exteriores ruso en la rueda de prensa conjunta que ofreció en compañía del emisario de la ONU. Subrayó que lo mismo habrá que hacer con las organizaciones terroristas, a las que, no sólo habrá que excluir de las conversaciones, sino que tendrán que ser combatidas.

Y aquí surgen los problemas porque Moscú considera terroristas a muchas facciones opositoras que cuentan con el apoyo de Washington y sus aliados. Estas discrepancias han sido puestas sobre la mesa por Rusia en numerosas ocasiones, el martes lo repitió la portavoz de Exteriores rusa, María Zajárova, en una entrevista a la Radio Eco de Moscú y ayer se lo planteó de nuevo Lavrov a De Mistura.

Invitación a Moscú

La cuestión es clave, ya que, según el viceministro de Exteriores ruso, Mijaíl Bogdánov, la idea consiste en invitar la semana que viene a varios grupos opositores y a representantes del Gobierno sirio a reunirse en Moscú. Si la delegación opositora no es lo suficientemente representativa, es de prever que el encuentro no servirá para nada. Así ha sucedido ya en varios intentos rusos de mediación. Otra gran discrepancia que Rusia y Estados Unidos tendrán que superar son sus distintas visiones sobre el futuro político de Assad.

Ayer, tras la reunión con De Mistura, Lavrov habló por teléfono con su homólogo estadounidense, John Kerry, sobre la posibilidad de crear una delegación unificada de la oposición siria y sobre la fecha de la próxima reunión de Viena, que, en principio, debería celebrarse hacia mediados de mes. Los esfuerzos para un arreglo político en Siria fueron objeto ayer de otra conversación telefónica entre el presidente ruso, Vladímir Putin y su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan. Rusia comenzó por su cuenta, el pasado 30 de septiembre, bombardeos aéreos en Siria para evitar la caída de Assad.