Rusia es admitida de nuevo en la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa

Tras cinco años privada del derecho al voto, por la anexión de Crimea y los sucesos en Donbass, y tres sin la presencia de sus diputados, Rusia podrá a partir de ahora participar de nuevo en los debates y votaciones de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (PACE según sus siglas en inglés). Es la primera sanción adoptada contra Moscú que se levanta .

Así se ha decido en Estrasburgo tras la aprobación de una moción que restablece a Rusia el derecho al voto gracias al apoyo favorable de 118 parlamentarios , mientras que 62 se pronunciaron en contra y 10 se abstuvieron. La delegación rusa, encabezada por el vicepresidente de la Duma (Cámara Baja), Piotr Tolstói, se encuentra ya en Estrasburgo.

Con sus 47 miembros, el Consejo de Europa, junto al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, es el principal órgano encargado de velar por el cumplimiento de los Derechos Humanos. Rusia podrá ahora participar en la elección del nuevo secretario general de la PACE.

Sin embargo, la decisión no ha gustado nada a Ucrania , cuyo cabeza de delegación en Estrasburgo, Volodímir Aríyev, la ha calificado de «mensaje muy malo: haz lo que quieras, anexiona el territorio de otro país, mata allí a la gente y encima te llevas todo».

Tras la anexión de Crimea, en marzo de 2014, y el levantamiento separatista en las regiones del este de Ucrania, en abril del mismo año, el Consejo de Europa retiró a Rusia el derecho a voto en la Asamblea . Después, a partir de 2016, los parlamentarios rusos dejaron de asistir a las sesiones y, desde 2017, suspendieron el pago de las cuotas correspondientes, una contribución que en el caso de Rusia asciende a 33 millones de euros, el siete por ciento del presupuesto total de la Cámara.

Moscú había amenazado últimamente con abandonar definitivamente la PACE si su delegación no era readmitida a tiempo para poder participar en las votaciones para elegir al sucesor del secretario general saliente, el noruego Thorbjorn Jagland. Los principales promotores del reingreso de Rusia han sido el presidente francés, Emmanuel Macron, y la canciller alemana, Angela Merkel.