El nuevo presidente filipino declara la «guerra» a la jerarquía católica

Después de insultar gravemente a los obispos, como en su día hizo con el Papa, Duterte anuncia que solo permitirá tres hijos por familia

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Pese a ser el presidente electo de cien millones de filipinos, casi un 80 por ciento de ellos católicos, Rodrigo Duterte ha asegurado que desafiará a la Iglesia católica para imponer una política que limite a tres el número de hijos que pueden tener los ciudadanos. El mensaje se produce además un día después de que Duterte lanzara un grave insulto a los obispos del país.

Duterte todavía tiene que ser declarado oficialmente como ganador de las elecciones presidenciales pero las primeras estimaciones le sitúan como vencedor en los comicios por delante de otros cuatro candidatos, de los que tres ya han admitido su derrota. Duterte asumirá la jefatura del Estado filipino el 30 de junio.

Las declaraciones a menudo polémicas de Duterte le han granjeado un amplio apoyo popular.

Mensajes como su voluntad de matar a los delincuentes o una broma sobre una víctima de una violación no parecen haberle restado respaldo, según los sondeos post electorales. "Solo quiero tres niños por cada familia", ha asegurado ahora Duterte, en un discurso pronunciado el domingo en la ciudad de Davao. "Soy cristiano pero soy realista, por lo que tenemos que hacer algo con el exceso de población. Desafiaré la opinión o la creencia de la iglesia", subrayó.

Cerca del 80 por ciento de 100 millones de filipinos son católicos, lo que supone el mayor porcentaje en un país asiático de fieles de esta religión, que se opone al aborto y a los anticonceptivos.

En un discurso el pasado sábado, Duterte criticó a la Iglesia católica y la definió como "la institución más hipócrita" por su intervención en las políticas gubernamentales, además de asegurar que algunos obispos se enriquecen a costa de los más pobres. "Vosotros, hijos de p. ¿no os da vergüenza? No hacéis más que pedir favores, incluso a mí", dijo el presidente electo a la cadena de TV GMA.

Ruptura de hostilidades

En el comienzo de la campaña electoral, en noviembre, Duterte llegó también a calificar de "hijo de p." al Papa Francisco, al mencionar los atascos que se habían producido en Manila durante la visita pastoral del Santo Padre a Filipinas. Tras su elección, el abogado, de 71 años, escribió al Papa para ofrecerle excusas mientras, al mismo tiempo, cancelaba su prevista visita oficial al Vaticano.

Monseñor Oliver Mendoza, portavoz de la Archidiócesis de Lingayen, cuyo obispo preside la Conferencia Episcopal de Filipinas, ha afirmado que la Iglesia respeta las opiniones de Duterte pero seguirá denunciando las políticas gubernamentales que vayan en contra de la religión. "Porque si no lo hacemos, si cerramos nuestros ojos, si cerramos nuestras bocas y tapamos nuestros oídos, ¿cuál será el papel de la Iglesia?", advirtió.

Rodrigo Duterte se declara católico de nacimiento y de formación, pero hace años -durante su época de alcalde- manifestó que había dejado de practicar e ir a Misa hace mucho tiempo, porque lo consideraba "incompatible" con sus labores políticas. Su distanciamiento práctico de la fe es también teórico: ha afirmado estar a favor de "soluciones" condenadas por la moral católica como el aborto, el divorcio, la pena de muerte y los anticoncepticos. Los analistas temen que sus primeras declaraciones tras el éxito electoral son solo los prolegómenos de una larga y dura batalla entre el Gobierno y la Iglesia en Filipinas.

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