El presidente mexicano, Enrique Peña Nieto
El presidente mexicano, Enrique Peña Nieto - EFE

México ve en China la alternativa comercial a EE.UU.

México explora oportunidades en Asia para reducir su dependencia de EE.UU., destino del 80% desus exportaciones.

Corresponsal en Ciuda de México Actualizado: Guardar
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La llegada de Donald Trump a la presidencia de EE.UU. fue un jarro de agua fría para el comercio exterior mexicano. Aunque parece poco probable que Trump dinamite el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), tal y como prometía en campaña, los dirigentes mexicanos prefieren ser precavidos y han decidido comenzar diversificar sus ventas al exterior para protegerse de lo que pueda pasar en su relación con EE.UU., país que receptor de más del 80% de las exportaciones aztecas.

Y el nombre de China truena con fuerza como alternativa comercial para que las empresas mexicanas empiecen a reducir su dependencia del atractivo mercado estadounidense. Así, el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, anunció la semana pasada que realizará una visita oficial al gigante asiático para fortalecer el comercio bilateral en septiembre, mes en el que se estima que junto con Canadá y EE.UU.

estarán renegociando una nueva versión del TLCAN.

“Se trata de una jugada para presionar a EE.UU. y hacer ver a Trump que, si no nos quieren, vamos a irnos a venderle a su competencia directa que es China”, indica en declaraciones a ABC Jorge Sánchez Tello, economista de la Fundación de Estudios Financieros (Fundef) -un think tank mexicano-, quien aplaude la decisión del Ejecutivo por no quedarse de brazos cruzados y decidir aumentar las exportaciones a este gigante mercado con cerca de 1.300 millones de habitantes.

Ciertos productos aztecas han tenido una excelente aceptación en China en los últimos años. Las ventas latinoamericanas de aguacate crecen un 250% al año, de acuerdo con un artículo del Financial Times, fruta de la que México es el mayor productor del mundo. Y, por otro lado, el consumo de tequila en el Dragón Asiático se ha disparado un 291% en los últimos seis años, según revela el consejo regulador de este licor.

Pero a pesar de que China es el segundo socio comercial del país norteamericano, las exportaciones mexicanas apenas comienzan a despegar en este mercado. Mientras que China le vendió en 2016 productos por valor de 70.000 millones de dólares, México solamente exportó unos 5.000 millones; lo que deja un saldo de 65.000 millones a favor del gigante asiático.

Una difícil remontada

“Por cada 13 dólares que importamos de China, sólo les vendemos 1”, dice a ABC Enrique Dussel Peters, profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y uno de los mayores expertos sobre la relación bilateral. Dussel Peters es una de las voces más críticas en el país por “esta repentina fiebre” mexicana por vender productos al enorme país asiático tras la llegada de Trump a la Casa Blanca.

Para el académico, es “iluso” pensar que se puede dar un golpe de timón a la política exterior de México con China en unos pocos meses. “Es muy atractivo hablar de una reorientación milagrosa de nuestro comercio exterior hacia China, pero lo cierto es que durante los últimos años la relación ha sido muy tensa”, agrega el profesor, quien además es director del Centro de Estudios México-China.

México fue el último país que aceptó la entrada del país más poblado del mundo en la Organización Mundial de Comercio (OMC) en 2003. Los dirigentes mexicanos entendían que la entrada de China en la OMC generaría una fuerte competencia en EE.UU., su principal mercado, contra los productos fabricados al sur del Rio Grande, lo que efectivamente ocurrió.

No obstante, desde la llegada de Enrique Peña Nieto a la presidencia en 2013, ha habido un esfuerzo por fomentar las relaciones con Asia y, por ello, ambos países han suscrito ya una decena de protocolos sanitarios que permiten las exportaciones de productos agrícolas a China como la carne de cerdo y de vaca, al igual que la venta de frutas como aguacates y frambuesas.

Pero para Dussel Peters estos esfuerzos caen en gran parte en saco vacío porque no existe un apoyo institucional fuerte a las empresas que permita dar seguimiento a estos acuerdos. “Van, se hacen la foto y se olvidan del tema. Y la demostración de ello es que nuestras exportaciones a China han caído año tras año desde 2011”, añade el profesor.

El gran reto del mexicano: decir "no" al mercado de EE.UU.

En 2016, México exportó a China unos 5.400 millones de dólares, de acuerdo con datos de la Secretaría de Economía. En el mismo periodo, vendió a EE.UU. productos por alrededor de 313.000 millones de dólares. Y es que para el mexicano, exportar sus manufacturas a la primera potencia es mucho más fácil que cruzar el océano Pacífico para vender lo mismo en China.

“El mayor reto que tenemos para diversificar nuestro comercio es que tenemos frontera con el mercado estadounidense, el más atractivo del mundo”, comenta el economista Sánchez Tello. Mientras que con EE.UU. existe un tratado de libre comercio, con China no existe un acuerdo similar. Pero también el idioma y la cultura son desconocidos para el mexicano, además de tener que tomar un avión de 15 horas para ir a Beijing en vez volar tan solo entre 2 y 4 horas para ir a cualquiera de las ciudades principales en EE.UU.

Sánchez Tello considera que México debe de ser realista con los objetivos que quiere conseguir al fomentar esta relación y ve una oportunidad para comenzar a vender productos primarios para comenzar a acostumbrar a los paladares chinos a los sabores mexicanos, pero el país no debe de perder el foco de que su principal mercado debe de ser EE.UU.

“Es nuestro primer socio comercial desde hace décadas y debe de seguir siendo así. No vamos a pasar a exportar a China el 80% de nuestros productos y dejar de lado a EE.UU., eso es imposible”, señala el economista. Por su parte, el profesor Dussel Peters prefiere decirlo de otra manera: “es de ilusos pensar que China va a sacarnos del atolladero en el que nos hemos metido”, sentencia.

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