La canciller alemana, Angela Merkel, durante la cumbre de la OTAN en Varsovia
La canciller alemana, Angela Merkel, durante la cumbre de la OTAN en Varsovia - REUTERS

Merkel no da pistas sobre su futuro

Al margen del partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD), cuya popularidaad ha descendido tras la victoria del Brexit, no hay quien haga frente a Merkel

CORRESPONSAL EN BERLÍN Actualizado: Guardar
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Merkel se va de vacaciones sin soltar prenda sobre su candidatura a las elecciones alemanas de 2017, después de tres legislaturas al frente del país. «Sobre esa cuestión me pronunciaré cuando llegue el momento, ahora toca esperar. Se dirá cuando sea necesario y lo que sea necesario», zanjaba anoche en la tradicional entrevista que cada final de curso concede a la televisión pública alemana cuando le preguntaban si se presentará de nuevo. Esa es, en definitiva, la gran pregunta política en Alemania. Hasta conocer la respuesta, nadie en Europa puede mover ficha. Si la canciller decide presentarse, el más de lo mismo está garantizado y la única incógnita de la ecuación será el alcance que logre finalmente el partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD), que después de haber estado cosechando hasta el 13% en las encuestas a escala federal sufre ahora los efectos del Brexit y ha descendido hasta el 10% en el último sondeo del Instituto Demoscópico Emnid.

Al margen de esta novedad, no de poca importancia, no hay quien haga frente a Merkel, coronada por sexto año consecutivo por Forbes como la mujer más poderosa del mundo. «Desde luego hay muchas personas esperando que se presente de nuevo», ha reforzado el secretario general de la Unión Cristiano Demócrata (CDU), Peter Tauber.

Pero en caso de que no se presente a los comicios, que se esperan en otoño de 2017, la ecuación se volverá múltiple. No hay una figura en Europa capaz de tomar el relevo de liderazgo de Merkel en un momento de gran incertidumbre y, de cara a Alemania, las posibilidades de relevo en el seno de la CDU, que no son tantas, están bastante envenenadas por rencillas internas. Más desconcertante todavía es mirar por la ventana de la Willy Brandt Haus, la sede del otro socio de la gran coalición, donde las filas socialdemócratas se revuelven contra su actual líder, el vicecanciller Sigmar Gabriel, en medio de rumores de guillotina. Se tantea una posible futura coalición de Merkel con Los Verdes, como las ya gestadas en Hesse y en Baden-Württemberg, que le permitirían seguir con la política económica implementada hasta ahora a cambio de concesiones medioambientales a las que está relativamente dispuesta. Porque a pesar de lo que ha llovido, su principal objetivo sigue siendo la austeridad.

Sólo hay que fijarse en cómo defendió durante la entrevista la idoneidad de las políticas de austeridad impulsadas en los últimos años en la UE. Una vez más citó a España como un ejemplo que demuestra los efectos positivos de la aplicación de reformas estructurales en la economía. «Me gustaría recordar que España ha tenido este verano por primera vez cifras de empleo que son mejores a las registradas antes del año 2009, es decir, antes de la crisis, lo que demuestra que las reformas ayudan cuando se hacen», declaraba, insistiendo en que en Europa es necesario combinar una política orientada hacia el crecimiento con unos presupuestos sólidos y equilibrados, para que la situación vivida durante la crisis del euro no se repita. «Se han logrado cosas pero no es suficiente», dijo, y destacó que el desempleo juvenil todavía sigue siendo muy elevado en varios países comunitarios, entre ellos España.

Angela Merkel reconoció durante esta misma entrevista que el último año ha sido «muy intenso», pero decretó un compás de espera, a un año de las elecciones, y no dio ni una sola pista sobre sus deseos personales para cuando abandone la jefatura de gobierno, si es que la abandona.

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