Israel se siente más fuerte por el respaldo de Donald Trump

Ahora el presidente de Estados Unidos se dispone a mediar para ofrecer a los israelíes y palestinos lo que promete que será «el trato del siglo»

El presidente Donald Trump y el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu
David Alandete

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Como experto en cerrar tratos que es, Donald Trump tiene clara una premisa, que dejó escrita en su libro de 1987 «Trump, el arte de negociar»: «Para tener éxito es necesario entrar a negociar desde una posición de fuerza». Ahora el presidente de Estados Unidos se dispone a mediar para ofrecer a los israelíes y palestinos lo que promete que será «el trato del siglo», un plan de paz en la antesala del cual las hostilidades vuelven a la franja de Gaza.

Desde luego, nadie ha hecho tanto como Trump por que Israel llegue en una posición de fuerza superior a esas negociaciones. Por primera vez, un presidente norteamericano no sólo ha prometido apoyo inquebrantable al Estado judío sino que lo ha demostrado desde el momento en el que ha pisado el Despacho Oval: ha trasladado la embajada norteamericana a Israel, ha cerrado la misión de la Organización por la Liberación de Palestina en Washington y ha cortado las ayudas a los palestinos, colocándoles en un plano aún más débil de lo habitual.

Tras siete décadas de conflicto , muchas son las veces en que israelíes y palestinos se han visto en una negociación trascendental, sólo para que una parte u otra quebrara la posibilidad de acuerdo. Esta ocasión no tiene por qué ser diferente y los líderes palestinos tanto en Cisjordania como en Gaza ya se han apresurado a advertir de que, sea lo que sea, lo van a rechazar.

Y lo cierto es que seguramente, en los ya lejanos tiempos del trío por la paz que conformaron Yasir Arafat, Ehud Barak y Bill Clinton, los palestinos ya rechazaron algo más beneficioso para ellos, así que ahora no hay incentivo para ceder.

El lanzamiento de 600 cohetes desde Gaza y la ya predecible respuesta asimétrica de Israel preceden una nueva negociación que es una consagración del «statu quo». Los palestinos, arrinconados en su debilidad y obcecados en no ceder. Los israelíes más fuertes que nunca y protegidos por un hermano mayor en Washington que no ve fallos, sólo virtudes. Nunca las expectativas fueron tan bajas, y tal vez por eso Trump tenga una oportunidad.

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