Familiares de los policías en huelga en el estado de Espírito Santo (sureste de Brasil) bloquean este sábado la entrada de la sede policial en Vitoria, la capital de la entidad
Familiares de los policías en huelga en el estado de Espírito Santo (sureste de Brasil) bloquean este sábado la entrada de la sede policial en Vitoria, la capital de la entidad - Reuters

La huelga de policías deja ya 127 muertos en el estado brasileño de Espírito Santo

Los agentes se niegan a volver al trabajo y a aceptar el pacto que les ofrece el Gobierno

Corresponsal en Sao Paulo Actualizado: Guardar
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Una semana de huelga de la Policía de Espírito Santo ha provocado un repunte de la violencia en este estado del sureste de Brasil, con al menos 127 muertos, además de saqueos y un clima de inseguridad que ha dejado desiertas casi todas las vías de la capital, Vitoria, y el comercio desabastecido. Los huelguistas rechazaron este sábado el acuerdo firmado el viernes por la noche y se negaron a acudir al trabajo, lo que aumentó la tensión entre la población y la preocupación en el Gobierno, que no halla una salida. Los agentes alegan que no han tenido un aumento de sueldo desde hace cuatro años y que su salario base de 2.900 reales mensuales (unos 875 euros) es uno de los más bajos del país.

En Vitoria, el ministro de Defensa, Raúl Jungmann, pidió a los «buenos policías» que terminen la huelga y que «honren sus uniformes y juramento». El secretario de Seguridad de Espírito Santo, André García, declaró al diario Globo que es muy difícil negociar con un movimiento sin líderes. Sin solución a la vista, el presidente de Brasil, Michel Temer, ha sido criticado por pronunciarse solo una semana después de la crisis. El pasado viernes, Temer expresó en un comunicado que la protesta era «ilegal» e «inaceptable» y señaló que el derecho a la reivindicación «no puede convertir al pueblo brasileño en un rehén».

Espírito Santo tiene 10.000 policías y la mayoría siguen en huelga

A lo largo de la semana, el Gobierno federal envió al estado a 2.000 efectivos de las Fuerzas Armadas, que con su presencia redujeron el número de incidentes, pero no han conseguido controlar la situación. Espírito Santo tiene 10.000 policías y la mayoría siguen en huelga. El Gobierno estatal, por su parte, ha acusado a 703 policías amotinados de incurrir en «crimen militar», lo que supone una pena de 8 a 20 años de prisión. García informó de que los casos de violencia y las muertes están siendo investigados, así como un atentado contra una televisión. «Quien crea que va a actuar así y a salir impune se engaña. Si participaron (agentes) en tales actos, estos no son policías, sino bandidos y como tales deben ser tratados», declaró.

El doctor en Ciencias Sociales Frederico Lucio, que reside en Sao Paulo pero seguía con preocupación las noticias de familia en Espírito Santo, explicó que «los supermercados están desabastecidos porque los camioneros no quieren entrar en el estado por miedo a la violencia».

Poca actividad

Algunos supermercados pudieron abrir gracias al refuerzo de la seguridad. Según la asociación de comerciantes Fecomercio, el 20% de las tiendas volvieron a funcionar pero su actividad fue baja. Las empresas de transporte recibieron amenazas anónimas y dejaron de funcionar, lo que perjudicó aún más la circulación. Con la economía frágil y el país en crisis, el número de protestas de policías y empleados públicos han aumentado en Brasil.

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