Francisco de Andrés

Estos son mis principios

Pekín recurre a Hong Kong y Taiwán como maniobra de distracción ante la presión por el coronavirus

Los representantes del PC chino aplauden en Pekín la ley que será impuesta a Hong Kong AFP

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Donald Trump ha encontrado en las autoridades chinas la horma de su zapato. Si a él le gustan las frases con impacto en Twitter, los asiáticos se aferran también a sus proverbios, que suelen ser ingeniosos y hasta divertidos para quienes no sufren los efectos. Uno de los momentos estelares de Reagan, en una cumbre de desarme junto a Gorbachov, fue la respuesta a aquel periodista que le preguntó «¿Por qué no para de hablar de ‘confía pero verifica’?». «Porque me gusta la frase», fue la respuesta inmediata de Reagan acompañada de una sonrisa burlona.

Él tenía gracia de verdad. Pero los comunistas chinos no la tienen cuando –después de acuñar aquel desconcertante «un país, dos sistemas» para recuperar la soberanía de Hong Kong– ahora se aferran a otros apotegmas, como el principio de «una sola China» para tratar de hacer tabla rasa del sistema de libertades democráticas de la isla. Ayer, el primer ministro chino, Li Kequiang, nos regaló otro para subrayar ante la prensa internacional que la anexión de Taiwán sigue siendo un objetivo prioritario de Pekín. «La sangre es más espesa que el agua», dijo el lugarteniente de Xi Jinping, en referencia al mar del Estrecho de Formosa que separa a los dos países. Como el coronavirus –que partió, todavía no sabemos cómo, del interior de China– y el conflicto que están incendiando en Hong Kong no son suficientes para la agenda de Pekín, vamos a entretener a nuestros hermanos de raza de Taiwán.

¿Es una maniobra de distracción? Puede tener mucho de eso porque, por primera vez en los últimos 19 años, el régimen chino se ha negado a marcar un objetivo de crecimiento económico para 2020, y está aún lejos de superar la presión internacional para que se abra una investigación independiente en Wuhan. Pero también es indicativo de que el régimen comunista chino no renuncia a sus proyectos de expansión. A Groucho Marx se le atribuye el famoso «Estos son mis principios, pero si no le gustan tengo otros». No es el caso de China. Se siente orgullosa con los suyos, desgraciadamente.

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