El primer ministro británico, David Cameron, tras reunirse en el Elíseo con François Hollande
El primer ministro británico, David Cameron, tras reunirse en el Elíseo con François Hollande - EFE

Los tories en guerra civil: refriega en los Comunes de Cameron y Johnson

El primer ministro se mofa del alcalde de Londres, partidario del Brexit, quien califica de «basura» su acuerdo con la UE

Londres Actualizado: Guardar
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El debate sobre Europa en el Reino Unido ya tiene su primera víctima, el Partido Conservador, que si no ha iniciado ya una guerra civil, desde luego sufre algo que se le parece mucho. El encono del enfrentamiento interno entre los tories ante la cuestión europea se ha escenificado en esta tarde de lunes por todo lo alto, con el enfrentamiento en los Comunes entre David Cameron y el alcalde de Londres, Boris Johnson, que el domingo asestó un duro golpe a su jefe de filas al anunciar que apoya el Brexit, la salida de la UE.

Cameron acudió a la Cámara a explicar el acuerdo alcanzado el sábado en Bruselas y a pedir el voto para el “sí” en el referéndum.

Pero concluyó su discurso con un inesperado ataque a Boris Johnson, del que incluso se mofó por haber dicho que podría haber un segundo referéndum. Además, el primer ministro insinuó claramente, aunque sin citar a su oponente, que Boris se ha pasado a las filas euroescépticas por mero interés personal, para intentar posicionarse mejor en la carrera sucesoria por el liderazgo conservador en 2020. “Yo no me voy a presentar a la reelección y no tengo otra agenda que no sea lo mejor para nuestro país”, señaló Cameron, en nítida alusión a su rival.

A continuación el líder de los conservadores hizo escarnio dialéctico de la propuesta de Johnson de hacer un segundo referéndum si gana el “no” a la UE. “Señorías, no voy a señalar la ironía de que alguna gente quiere votar por salir [de la UE] para luego usar ese voto para quedarnos. Pero ese punto de vista demuestra un profundo desconocimiento de la democracia, la diplomacia y la legalidad”. Ya en tono abiertamente irónico, Cameron añadió: “Por desgracia conozco a gente que ha iniciado un proceso de divorcio. Pero lo que nunca he visto es comenzar ese proceso con la idea de renovar los votos matrimoniales”.

A esas alturas, el rostro de Boris Johnson, sentado en su escaño del gallinero de la bancada conservadora, dejaba transmitir un claro enojo. En su turno de intervención, sin embargo guardó las formas y se limitó a preguntar a Cameron, a quien llamó “mi amigo”, de qué modo el acuerdo de Bruselas refuerza la soberanía nacional británica. El primer ministro le respondió diciendo que se recupera más control en aspectos de ayudas sociales, inmigración y, sobre todo, en que el Reino Unido queda fuera de todo proceso de más integración europea. Boris dejó entonces transmitir su enfado y musitó claramente: “Basura, basura”.

Paradojas en la Cámara

El ambiente de cisma entre los tories empieza a recordar la guerra fría de las lizas entre Blair y Gordon Brown, que acabaron con el relevo del primer ministro laborista. El grupo parlamentario conservador está prácticamente dividido a la mitad entre partidarios y detractores de la UE ante el referéndum. Al haber otorgado Cameron libertad de voto a sus ministros, se da ahora la paradoja que justo detrás de él, mientras defendía la causa europea de cara a la consulta, se sentaba muy sonriente, y atendiéndole más bien poco, su ministro de Justicia, Michael Gove, un zorro político de gran inteligencia que se ha posicionado por el Brexit y se cree que incluso convenció a Boris Johnson para unirse a la causa.

Los laboristas y los sindicatos por su parte apoyan seguir en la UE. Lo que dio lugar a unas risas en la Cámara, cuando Cameron dijo a Corbyn que “bienvenido al establisment” o le llamó “mi nuevo amigo”.

Pero en el mundo de los números se empieza a ver que no todo es un juego dialéctico, que dejar la UE tendría un enorme precio. Ayer la libra cayó un 2% y marcó su menor valor frente al dólar desde marzo de 2009. Por su parte la agencia Moody alertó que el Brexit llevaría a una rebaja de la calificación de la deuda británica. Para mañana se espera una carta de centenares de figuras de la empresa en “The Times” pidiendo seguir en la Unión Europea.

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