Bruselas y Londres retoman las negociaciones del Brexit a la desesperada

El Reino Unido quiere obtener garantías jurídicamente vinculantes de que la permanencia del país en la Unión Aduanera tal como está previsto en el mecanismo de salvaguardia

Enrique Serbeto

El ministro británico para el Brexit, Stephen Barclay , y el fiscal general, Geoffrey Cox , se reunieron ayer con el principal negociador europeo, Michel Barnier, en Bruselas, en una cena de la que debía salir la formulación de la última propuesta de acuerdo posible para intentar que el Parlamento Británico la apruebe la semana que viene. Ninguno de los participantes en la reunión lo confirmó, pero tampoco se descarta la posibilidad de que la primera ministra británica Theresa May viaje el domingo a Bruselas para escenificar la firma de una declaración adicional al acuerdo de retirada que sea aceptable por una mayoría de los diputados de la Cámara de los Comunes, de modo que se evite una desconexión sin acuerdo el 29 de marzo.

El Reino Unido quiere obtener garantías jurídicamente vinculantes de que la permanencia del país en la Unión Aduanera tal como está previsto en el mecanismo de salvaguardia para evitar una frontera física en Irlanda, será solo temporal en caso de que entrase en vigor y que en última instancia se podrían retirar de forma unilateral. Bruselas rechaza poner límites exactos a ese mecanismo e insiste en que se podrá acordar una fórmula de relaciones futuras que permita a los irlandeses, tanto los ciudadanos de la República de Irlanda como los de la provincia británica de Irlanda del norte, seguir viviendo sin barreras, y a Londres establecer su propia política comercial con el exterior.

El negociador británico también pidió formalmente a la Comisión que se comprometa a preservar los acuerdos sobre los derechos de los ciudadanos ya acordados en el Tratado de Retirada , aunque estas negociaciones fracasen y se llegue a la fecha del Brexit sin acuerdo. Este extremo no parece plantear ningún problema para la UE, que siempre ha sostenido que las personas no deben ser damnificadas por el Brexit.

Esta ronda de negociaciones fue acordada por Theresa May y el presidente de la Comisión Jean-Claude Juncker en la cena-reunión que celebraron la semana pasada, de la que tampoco salió un resultado concreto. La presencia de Cox pretende sin duda lograr al menos la apariencia de que la declaración política que pretenden adjuntar al acuerdo, será tan vinculante como el propio tratado. La Comisión se niega a que esa matización adjunta se convierta en otro “mini tratado” que desvirtúe el acuerdo general.

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