Restos del avión ruso caído este sábado
Restos del avión ruso caído este sábado - AFP

«Que un avión explote por sí solo en pleno vuelo es improbable»

Los expertos no descartan que la nave haya recibido el impacto de un misil

Madrid Actualizado: Guardar
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Una infinidad de hipótesis y pocas certezas para sustentarlas. Los expertos consultados por ABC consideran aún «prematuro» tratar de determinar las causas del accidente del Airbus A321-200 en la península del Sinaí, pero coinciden en un punto: resulta improbable que la explosión de una aeronave de estas características en pleno vuelo guarde relación con algún error atribuible al estado del avión o a alguna anomalía en su funcionamiento.

«No existe un fallo técnico que pueda dar lugar a un evento de esta naturaleza; debe confluir una cadena de fallos y hacerlo además en circunstancias que propicien una fragmentación así», detalla Alejandro Herrera, ingeniero aeronáutico perteneciente al Colegio Oficial de Ingenieros Aeronáuticos de España (Coiae), quien hace hincapié en que «cualquier conjetura sería arbitraria y gratuita hasta contar con más evidencias».

Por su parte, Borja Díaz Capelli, vicesecretario del Colegio Oficial de Pilotos de la Aviación Comercial (Copac), menciona dos posibilidades, aunque «remotas»: un fallo estructural que hubiera desembocado en una «despresurización explosiva» -efecto similar al que se produce cuando se pincha un globo- o un incendio en el motor que se hubiera extendido al depósito de combustible. Lo extraño es que, en línea con la información suministrada por las autoridades de control aéreo egipcias, la tripulación del vuelo, en una situación así, no declarara «mayday» (señal de socorro) o realizara maniobras de descenso para evitar el hipotético fallo de presurización. «Que un avión explote en el aire debido a un fallo técnico es prácticamente imposible. Los últimos accidentes de los últimos 20 años así lo atestiguan», zanja.

Los expertos tampoco descartan el fallo humano, «dado que no es posible con la información disponible descartar ninguna hipótesis; de hecho, nunca hay que descartar a priori el fallo humano en un accidente de aviación», explica Herrera. El vicesecretario del colegio de pilotos pone el acento también sobre la posibilidad de que los actores implicados —gobiernos egipcio y ruso y el fabricante— contribuyan a que se difunda «información sesgada» en beneficio de sus intereses. Aunque reconoce ser un «profano en la materia», Díaz Capelli advierte de que el avión ruso siniestrado volaba a menor altura que el avión de pasajeros de Malaysia Airlines que fue derribado en Ucrania en julio de 2014. Por tanto, no es descartable que haya sido objetivo de un ataque con armamento antiaéreo. Tampoco cierra la posibilidad a una «bomba desde dentro». El contenido de las cajas negras, halladas ayer, será, por ello, determinante.

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