Retratos de los líderes chinos, en una tienda en la plaza de Tiananmen, en Pekín
Retratos de los líderes chinos, en una tienda en la plaza de Tiananmen, en Pekín - AFP

Arranca el Pleno del Partido Comunista chino para reforzar al presidente Xi Jinping

Con la duda de saber si Xi Jinping se perpetuará más allá del fin de su mandato en 2022, este cónclave prepara ya el Congreso del Partido del próximo año

CORRESPONSAL EN PEKÍN Actualizado: Guardar
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A puerta cerrada, a salvo de miradas indiscretas y bajo fuertes medidas de seguridad, este lunes ha comenzado en Pekín una trascendental sesión plenaria del Comité Central del Partido Comunista de China. Reunidos hasta el jueves en el hotel Jingxi, gestionado por el Ejército y cerrado a los extranjeros, los casi 400 miembros de este Sexto Pleno discutirán el modo de reforzar «la disciplina del Partido», según la versión oficial difundida por la agencia de noticias Xinhua.

En la práctica, este cónclave se encargará de preparar el Congreso del Partido Comunista que tendrá lugar en otoño del próximo año, que marcará el ecuador del mandato de su secretario general y presidente del país, Xi Jinping, quien subió al poder en 2012.

Para evitar los excesos que trajo el culto al líder durante la época de Mao Zedong, las normas no escritas del régimen chino establecen que cada presidente ocupe el cargo durante una década. Al cumplir el primer lustro, ha de designar a su sucesor otorgándole un puesto en el todopoderoso Comité Permanente del Politburó, formado solo por siete miembros. Como cinco de ellos – todos menos el presidente Xi Jinping y el primer ministro Li Keqiang – se retirarán en el Congreso del próximo año, durante estos días se empezará a perfilar la composición de dicho Comité Permanente.

Entre sus miembros debería figurar el sucesor de Xi Jinping, pero en los últimos tiempos ha cundido la sospecha de que este podría intentar prolongar su mandato más allá de su conclusión en 2022. El fuerte carácter de Xi, que recuerda al personalismo autoritario que ejerció Mao durante casi tres décadas, hace pensar a los analistas que podría romper las reglas del juego del régimen y perpetuarse en el poder.

Para ello, ha eliminado a buena parte de sus rivales dentro del Partido con una feroz campaña anticorrupción que ha castigado a más de un millón de cuadros y funcionarios del Gobierno. Entre ellos destacan altos cargos condenados a cadena perpetua como Zhou Yongkang, anterior responsable de la Seguridad del Estado, o el general Xu Caihou, antiguo número dos del Ejército que falleció en 2005 mientras era investigado por corrupción. «Es difícil de saber si Xi Jinping se perpetuará en el poder o no más allá del fin de su mandato en 2022, pero creo que lo hará de un modo u otro», se cuestiona para ABC el presidente de la Fundación de Taiwán para la Democracia, Hsu Szu-chien. A su juicio, «Xi Jinping es muy habilidoso usando el fortalecimiento de China para promover sus valores no democráticos», lo que podría alterar las propias normas internas del Partido Comunista.

Además, Xi Jinping ha neutralizado a sus posibles rivales recortando el poder de la Liga de la Juventud Comunista, un departamento del Partido del que han salido importantes líderes, como el anterior presidente Hu Jintao. A pesar de su relevancia, la Comisión para la Inspección de la Disciplina – la brigada anticorrupción que dirige Wang Qishan, aliado de Xi – denunció «la laxitud ideológica» de la Liga y hasta la agencia Xinhua criticó que «había generado estilos de trabajo indeseables como el formalismo, la burocracia, el elitismo y el ocio».

Otros Plenos anteriores alumbraron importantes medidas como la apertura al capitalismo en 1978 o el fin de la política del hijo único en 2015. Este también podría cambiar la historia de China.

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