Arabia Saudí refuerza el frente antiraní en las cumbres de La Meca

El rey Salman lanzó fuertes acusaciones contra la república islámica, a la que acusó «de acciones criminales»

El rey Salman de Arabia Saudí AFP

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Sólo Irak rompió la unanimidad en las reuniones de urgencia del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) y de la Liga Árabe convocadas por Arabia Saudí en La Meca para hacer frente a la amenaza de Irán. El rey Salman lanzó fuertes acusaciones contra la república islámica, a la que acusó « de acciones criminales », injerencia en los asuntos de sus vecinos y amenazas al suministro de petróleo al mercado mundial. El monarca pidió a los presentes «usar todos los medios» para disuadir a los iraníes y las autoridades de Bagdad, país de mayoría chií y aliado de Irán, y recordó los «peligros» de una posible guerra en el Golfo, abogando por el uso de la diplomacia para solucionar la crisis. El comunicado final del CCG recogió la solidaridad de sus miembros con Arabia Saudita y renovó su «apoyo a la estrategia estadounidense sobre Irán, incluso en lo que concierne a los programas nuclear y balístico». Los iraquíes mostraron su objeción al texto definitivo.

Desde Teherán, la respuesta fue inmediata y el portavoz de Exteriores, Abas Musavi, acusó a Riad de «seguir sembrando la división entre los países musulmanes y en la región, que es lo deseado por el régimen sionista», en referencia a Israel, convertido en aliado circunstancial en el nuevo eje regional antiraní liderado por Donald Trump. Para Musavi, el resultado de las dos cumbres en La Meca mostró «las tentativas saudíes de movilizar a los países vecinos y árabes» contra ellos.

El comunicado final del CCG siguió la línea marcada a comienzos de semana por el asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Bolton , quien declaró que es casi seguro que Irán estuviera detrás del sabotaje de cuatro barcos, incluidos dos petroleros sauditas, frente a las costas de los Emiratos Árabes Unidos. Bolton no aportó pruebas, como tampoco lo hizo el rey Salman.

Tras las citas del jueves, el reino vivió anoche la tercera gran cumbre con la reunión de la Organización de la Cooperación Islámica (OCI), con la presencia de 56 países, con el objetivo de seguir ampliando su frente contra Teherán.

Día de Al Quds

Mientras en los despachos de La Meca los países árabes trataban de unir filas ante la amenaza de Irán, las calles de Teherán y de Bagdad fueron escenario de marchas de protesta con motivo del día de Al Quds o Jerusalén. El presidente iraní, Hasan Rohani , envió una carta a los miembros de la OCI para pedirles que «dejen de lado los conflictos» entre ellos y «se unan contra la siniestra conspiración contra Palestina». Frente a los llamamientos del rey Salman a «usar todos los medios» para disuadirles, el clérigo moderado apostó por «seguir el camino de la unidad y no permitir que los enemigos desvíen la opinión pública de la nación islámica de la opresión al pueblo palestino y de las amenazas del régimen israelí».

Decenas de miles de personas tomaron las avenidas del centro de Teherán tras la oración del viernes en una marcha en la que se mostraron pancartas con eslóganes como «Jerusalén es la capital eterna de Palestina», « Muerte a Estados Unidos » o «No al acuerdo del siglo», en referencia a la propuesta de paz para israelíes y palestinos anunciada a bombo y platillo por Donald Trump, pero que nace muerta porque se ha elaborado sin contar con los palestinos. En Bagdad fueron las milicias chiíes pro Irán las que desfilaron para conmemorar esta jornada institucionalizada por la república islámica tras el triunfo de la revolución en 1979. En ambas manifestaciones se quemaron banderas de Israel y de Estados Unidos.

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