Los antidisturbios franceses desmantelan un campo de 1.700 inmigrantes al norte de París

Entre el millar de expulsados había 87 personas vulnerables (mujeres solas con niños) y una quincena de menores «solitarios o aislados» (sin familia conocida). Todos han sido conducidos a muy diversos albergues provisionales

Los trabajadores llegan para limpiar el campamento improvisado de inmigrantes Millenaire a lo largo del Canal de Saint-Denis cerca de Porte de la Villette AFP
Juan Pedro Quiñonero

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Las CRS (Compañías Republicanas de Seguridad, anti disturbios) han desmantelado uno de los cinco campamentos de inmigrantes ilegales instalados al norte de París, en unas condiciones de higiene y seguridad que se habían «degradado» rozando el dramatismo y los conflictos no siempre étnicos.

A primeras horas de la mañana del miércoles, varios centenares de CRS, desplegados con tácticas militares de ocupación del territorio, procedieron al desmantelamiento de las tiendas más que provisionales donde vivían un millar de ancianos, mujeres, hombres y niños en el campamento del Millénaire (Milenario), a la altura de la Puerta de Aubervilliers , en la periferia norte de París.

Es la trigésimo cuarta operación de desmantelamiento de un campamento de inmigrantes ilegales realizada en los últimos tres años.

El desmantelamiento de la mañana del miércoles solo resuelve una parte del problema de fondo. Todavía quedan otros cuatro campamentos en el norte de París, que los expertos en seguridad urbana han decidido « acordonar temporalment e », con el fin de evitar la propagación de conflictos y tensiones, entre inmigrantes, entre inmigrantes y vecinos de varios barrios «sensibles» .

Los inmigrantes expulsados habían llegado a París siguiendo muy diversas rutas, desde sus países de origen, Sudán, Somalía y Eritrea, mayoritariamente. Entre el millar de expulsados había 87 personas vulnerables (mujeres solas con niños) y una quincena de menores «solitarios o aislados» (sin familia conocida). Todos han sido conducidos a muy diversos albergues provisionales, repartidos por toda Francia, en direcciones, que el ministerio del Interior desea «confidenciales», de momento.

La alcaldesa de París, Anne Hidalgo, y el ministro del Interior, Gérard Collomb, un protegido personal del presidente Emmanuel Macron, se culpan en términos apenas velados del deterioro de una crisis siempre latente y al borde de un «precipicio». El gobierno es acusado de «imprevisión» e «ineficacia», ante el ritmo siempre «sostenido» de la llegada de inmigrantes ilegales. La alcaldía de París es acusada de utilizar el drama de la inmigración como inquietante «munición política» .

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