Un hombre pasa por delante de un cartel propagandistico del candidato Daniel Scioli
Un hombre pasa por delante de un cartel propagandistico del candidato Daniel Scioli - afp

Recta final para poner fin a doce años de kirchnerismo en Argentina

Las elecciones del domingo colocan de favorito al candidato oficialista, Daniel Scioli, seguido de lejos por el opositor Mauricio Macri

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Argentina entra en la recta final de campaña. Agotados tras una intensa seguidilla de elecciones primarias y provinciales en buena parte del país, los argentinos deciden el domingo el nombre del sucesor de Cristina Fernández de Kirchner en la Casa Rosada.

Los sondeos anticipan una victoria del también peronista Daniel Scioli, delfín despreciado y rescatado después por el dedo todopoderoso de la actual presidenta. La incógnita que no despejan las encuestas es si Scioli (Frente para la Victoria) logrará alcanzar los votos necesarios para proclamarse en primera vuelta o deberá probar fortuna de nuevo en una segunda el mes próximo.

El que insiste en complicarle el camino con más fuerza parece ser Mauricio Macri, jefe de Gobierno (en ejercicio) de la ciudad de Buenos Aires y candidato por la coalición Cambiemos, una agrupación de liberales, socialdemócratas y progresistas moderados. La diferencia entre ambos candidatos, según los sondeos, ronda los diez puntos, algo más de la que mantiene Macri con el tercero en liza.

Se trata de Sergio Massa (Frente Renovador), ex jefe de Gabinete de Cristina Fernández, peronista disidente enfrentado al actual Gobierno y candidato que ha demostrado ser capaz de resurgir de sus cenizas cuando sus adversarios y parte del electorado le daban por liquidado.

«Efecto Massa»

El renacimiento de Massa en las encuestas, en las últimas semanas, ha hecho temblar el nivel de respaldo en la intención de voto, adjudicada en las primarias de agosto y sostenida, con matices, hasta hace poco hacia los candidatos mencionados. El reparto de la tarta electoral actual no es firme y el «efecto Massa» parece que le complica las cosas a Mauricio, tal como se presenta en los «spots» de campaña y en los domicilios de la gente que visita como parte de su estrategia electoral. «Los votos que pierde Macri se van a Massa», advierte Luciano Elizalde, profesor de la Universidad Austral, consultor y especialistas en campañas electorales.

Carlos Fara, de la consultora Fara y Asociados, observa: «Se trata de las elecciones más ajustadas de la democracia. Nos encontramos ante el proceso político continuado más largo de la historia, incluyendo las dictaduras que sufrió Argentina. Tras doce años de kirchnerismo hay un escenario inédito: Existe la posibilidad de que este ciclo no se cierre y se mantenga en el poder, aunque sea a través de Scioli». La apreciación apunta al camino recorrido por el candidato del oficialismo, una senda de espinas y obstáculos sembrada por Cristina Fernández de Kirchner, la misma persona que, finalmente y por descarte, dio luz verde a su candidatura y evitó que tuviera que competir en las primarias contra otro candidato.

Elizalde considera que Scioli tiene una ventaja sobre sus adversarios: «Puede robar votos de casi todos los sectores». Carlos Fara coincide con él y le define como «un kirchnerista descafeinado, procura colocarse en un punto de equilibrio más próximo al centro que a los extremos». En ese sentido, el profesor Elizalde advierte: «En términos de efectividad Scioli es el mejor candidato porque concentra más votos pero tiene dificultades. Si se muestra con personalidad propia y amaga con distanciarse en algún aspecto del Gobierno, sabe que será castigado. La presidenta no le tolera un amago de crítica».

Candidato rupturista

Diferente es la situación de Mauricio Macri. «Es el candidato rupturista, representa un cambio de gestión pero sin continuidad de políticas actuales», describe Elizalde. A Sergio Massa (Frente Renovador) le atribuye como virtud un estilo de «comunicación política clara y sencilla», le considera «un híbrido» que sabe cómo impactar en la gente. «Tiene diez propuestas concretas que repite una y otra vez. Ejemplo: Sumar las Fuerzas Armadas a la lucha contra el narcotráfico», recuerda.

Ambos analistas coinciden en que «los dos favoritos, Scioli y Macri, comparten los buenos modos, procuran no ser beligerantes y se esfuerzan en dar una imagen dialogante y de consenso» aunque Massa «tiene un perfil más batallador en algunas cuestiones», puntualiza Fara.

Intentar anticipar si habrá o no segunda vuelta es, a juicio de Elizalde, «hacer futurología». Fara comparte la idea pero no descarta que, finalmente, «se imponga el voto útil aunque no para Macri sino para Daniel Scioli porque hay gente que piensa: Si a final va ganar mejor lo votamos ya y nos ahorramos cuatro semanas más de campaña y otra votación».

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