Choques entre palestinos y tropas judías en las inmediaciones de Ramala
Choques entre palestinos y tropas judías en las inmediaciones de Ramala - reuters

Jerusalén se prepara para un nuevo «día de la ira»

Una relativa calma reinó en la Ciudad Vieja en la celebración del año nuevo musulmán

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Viernes de oración y nuevo «día de la ira» convocado por las facciones palestinas. Las nuevas medidas de fuerza impuestas por Israel para sofocar las protestas y detener los ataques de «lobos solitarios» palestinos, entre ellas el cierre parcial de barrios del este de la ciudad santa, se enfrentan a su primera gran prueba después de una jornada de aparente calma que coincidió con la celebración del año nuevo musulmán (muharram).

Todas las miradas están puestas una vez más en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén y en la mezquita de Al Aqsa en cuya defensa basan los palestinos el levantamiento de las últimas dos semanas. Estos temen que los grupos ultranacionalistas judíos logren su objetivo de variar el statu quo que rige este lugar sagrado para el islam y para el judaísmo por el que solo los musulmanes tienen derecho al rezo.

Ciudad blindada

Las fuerzas de seguridad blindan la Ciudad Vieja, que vive bajo auténtico estado de sitio desde que a comienzos de mes un palestino asesinara a dos judíos en la calle Wad, en pleno barrio musulmán. Desde entonces Israel decidió prohibir durante 48 horas la entrada a los árabes no residentes y recuperó la prohibición de entrada a la oración en Al Aqsa para los menores de 50 años. La masiva presencia policial no es freno para que jóvenes palestinos intenten apuñalar a agentes en la Puerta de Damasco, el acceso principal a la Ciudad Vieja, en auténticas operaciones suicidas que terminan con los agresores abatidos al instante.

«El Gobierno ha sabido reaccionar y emplea a su favor las continuas alusiones a Al Alqsa por parte de los manifestantes. Los cargos públicos repiten en sus mensajes que no quieren cambiar el statu quo, sino que pretenden defender la libertad de culto frente a los grupos islamistas», reflexiona Sergio Yahni, codirector de la ONG The Alternative Information Center (AIC) en Jerusalén. Para Yahni el conflicto se dirige a un nuevo escenario en el que Israel «tratará poco a poco de mostrar al mundo que esto es una extensión de lo que ocurre en Siria con el grupo yihadista Estado Islámico (EI), que esto es una lucha contra el islam radical».

La guerra del lenguaje, de las imágenes y de las redes sociales es también parte importante en este nuevo episodio de tensión en Tierra Santa. Pocas horas después del primer discurso de Mahmud Abbas en el que acusó a Israel de «ejecutar a sangre fría» a jóvenes palestinos como Ahmed Manasrah, los medios israelíes difundieron fotos en el hospital de este niño de 13 años que agredió con un cuchillo a dos israelíes en el asentamiento de Pisgat Zeev.

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