Cameron en una reunión de los conservadores este domingo en Manchester
Cameron en una reunión de los conservadores este domingo en Manchester - afp

Cameron mantiene los recortes sociales pese a las críticas internas

El congreso conservador en Manchester comenzó ayer en medio de una manifestación contra la austeridad

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El Partido Conservador, muy reforzado tras su inesperada mayoría absoluta de mayo, ha escenificado su posición de fuerza eligiendo Manchester para celebrar su congreso anual, que comenzó ayer. Pese a esa posición cómoda, la conferencia política tiene temas calientes: el debate sobre Europa; los recortes de ayudas sociales, contestados por algunas voces del propio conservadurismo, y los primeros movimientos de los candidatos para suceder a Cameron, que ya ha anticipado que no se presentará dentro de cinco años.

A modo de saludo de la cumbre conservadora, unos 65.000 manifestantes, según la policía, marcharon contra la austeridad por las calles de Manchester, en una marcha que contaba con el apoyo del nuevo líder laborista, el muy izquierdista Jeremy Corbyn

. Hubo cuatro arrestos y algún delegado tory con los restos en el pelo de los huevos que lanzaban los manifestantes.

El Gobierno conservador, tal y como había prometido en campaña, quiere reducir la factura del Estado del bienestar, entregar menos subvenciones directas y a cambio aumentar las exenciones fiscales para las rentas bajas y aumentar el salario mínimo hasta las 7,2 libras la hora (9,75 euros). Cameron explicó ayer esa filosofía: «Nos estamos moviendo hacia una economía donde te pagarán más salario y tú pagarás menos impuestos; en lugar de lo de ahora, donde tú pagas más impuestos y luego te devuelven parte del dinero en tax credits [ayudas a las familias desfavorecidas para hijos y vivienda]. Este nuevo sistema es mejor».

La mayoría conservadora en el Parlamento ha aprobado ya un recorte de los «tax credits». Pero ha surgido la contestación interna, pues algunas voces tories piensan que supone ensañarse con los desfavorecidos, un exceso de arrogancia por parte de un partido que está disfrutando de su primer Gobierno en solitario desde 1992. El ministro de Economía, George Osborne, favorito para suceder a Cameron, es el paladín de los recortes, y quien se opone a ser tan drástico es Boris Johnson, que aspira también al liderazgo, aunque está un poco a la baja.

Según una plataforma de pensamiento vinculada a un ex ministro conservador, los recortes supondrán una pérdida de 1.350 libras anuales (1.828 euros) para un millón de familias que pasan estrecheces. Pero Cameron recalcó ayer expresamente en la BBC que no dará marcha atrás y mantendrá la reducción de las ayudas. Su argumento es que a cambio se aumentará el salario mínimo y habrá más exentos de impuestos de rentas bajas.

¿Salida de Europa?

En el tema europeo, se calcula que de los 330 diputados tories, 69 quieren salir de la UE, 58 seguir y 203 decidirán según cómo acabe la negociación del primer ministro para intentar modificar la UE y hacerla más del gusto británico, con menos cesión de soberanía nacional. Cameron quiere que el país continúe en esa UE reformada, pero se ve obligado a hacer guiños también a su parroquia antieuropea. En esa línea manifestó ayer gráficamente que las negociaciones están siendo «un trabajo malditamente duro» y no descartó pedir el mismo el Brexit, la salida, si los socios europeos no se avienen a sus peticiones.

Otro punto de interés del congreso son los enredos de la sucesión. Se especula con que Cameron podría anunciar su intención de dar paso como primer ministro a su favorito, George Osborne, en la primavera de 2019, un año antes del final de la legislatura. La nutrida facción de los llamados «anti-George» ha empezado a moverse. Hoy hablará Osborne ante la asamblea, pero el morbo está en lo que dirá el martes Boris Johnson, la ambición rubia.

En el plano internacional, Cameron podría llevar en breve al Parlamento la petición para bombardear Siria.

Ver los comentarios