Inmigrantes rescatados por los guardacostas italianos en el puerto de Mesina, en una imagen de archivo
Inmigrantes rescatados por los guardacostas italianos en el puerto de Mesina, en una imagen de archivo - reuters

Un pueblo italiano se revela contra la acogida a 30 inmigrantes

Los vecinos de Ormea temen que el plan de alojar a 30 extranjeros en el hotel local dañe la imagen ante los turistas.

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En un pueblo que vive del turismo, los vecinos están empeñados en una especie de «cruzada» para evitar la llegada de 30 inmigrantes que tendrían que ser alojados en un céntrico hotel. Los 1650 habitantes de Ormea (Cuneo), en la región del Piamonte, en el norte de Italia, temen que la llegada de los inmigrantes, prevista para la próxima semana, arruine la imagen turística que el pueblo se ha reconstruido durante años y que hace que su pobloación aumente exponencialmente en verano. El Gobierno italiano, con los centros de acogida de inmigrantes llenos, se ve obligado a distribuirlos en las regiones.

Ante la falta de estructuras adecuadas, los inmigrantes son alojados a veces en hoteles, que paga el Estado, hasta que las autoridades deciden sobre su petición de asilo.

Así, el delegado del Gobierno de Cuneo ha destinado 30 inmigrantes al hotel de Ormea. Para evitarlo, un grupo de comerciantes y operadores turísticos realiza una colecta con el objetivo de reunir 50.000 euros y comprar la gestión del hotel, con ánimo de impedirles la entrada. «La presencia de inmigrantes en la plaza principal del pueblo, o vagabundeando sin nada que hacer, arruinaría el turismo», dice la mayoría de los habitantes. Algunos admiten que, en lugar del hotel, se podría habilitar otra estructura, en la que sea menos llamativa la presencia de inmigrantes. Ahora hace fata encontrar una solución salomónica, porque se deberá ayudar a los inmigrantes, pero también a quien los acoge.

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