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Alexis Tsipras junto a Pablo Iglesias, en el mitin de Podemos del pasado noviembre - reuters

Syriza, el «Podemos» griego, favorito para ganar las elecciones del populismo

La coalición encabezada por Alexis Tsipras lidera las encuestas en torno al 30 por ciento, superando al partido de Gobierno Nueva Democracia y a los neonazis de Amanecer Dorado

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«Año 2014. Grecia se declara en quiebra y regresa al dracma; no tarda en seguirla España, que vuelve a la peseta. Paralizada la economía, empobrecido el país, solo aumentan las protestas y algunas iniciativas solidarias, pero también la violenta amenaza neonazi». En la Grecia del detective Jaritos, el Pepe Carvalho griego, que se enfrenta a su último desafío («Pan, educación y libertad») en la trilogía de la crisis del autor greco-turco Petros Markaris, preocupa el auge ultranacionalista, tal como ocurre en la Grecia real con Amanecer Dorado -que hacen parecer liberales al resto de partidos eurófobos-. Sin embargo, en 2015 y esta vez fuera de la ficción, el país heleno se enfrenta a otro desafío extremista: el ascenso en las encuestas de los populistas de izquierda, la coalición Syriza, que tratarán de imponerse en los comicios anticipados al 25 de enero tras no salir elegido el candidato de Nueva Democracia (ND), Stavros Dimas.

El ND, que ha gobernado en coalición con los socialdemócratas del Pasok los últimos dos años y medio, ha abierto la puerta a los radicales de Syriza con su órdago tornado en fracaso: proponer a un nuevo candidato que debía ser apoyado por 180 parlamentarios, en caso contrario se convocarían elecciones anticipadas, tal y como ha ocurrido después de tres elecciones fallidas. La formación de extrema izquierda fue la más votada en las elecciones europeas y la segunda en las últimas generales celebradas en 2012. En ambas, Syriza rondó el 27 por ciento de los votos. Ahora se estima que será en torno al 30 por ciento, aventajando a Nueva Democracia en cuatro puntos. En tercera posición se situarían los neonazis de Amanecer Dorado, con un 15 por ciento.

Pese a las críticas a la Unión Europea y al Banco Central Europeo, Alexis Tsipras, el excomunista de 40 años que lidera a la coalición, no quiere prometer a los griegos la distopía que dibuja el escritor Markaris, e insiste en seguir en el euro. Así, en 2012, el joven político aseguró en un discurso poselectoral que no debían verse los comicios como un voto entre el dracma y el euro, sino «entre un gobierno del memorando y un gobierno de Syriza».

«¡Acabemos con los relatos de terror!»

«¡Acabemos con los relatos de terror!», dijo ayer Tsipras en un largo y apasionado discurso pronunciado en un cine en el centro histórico de Atenas. Tanto él como Pablo Iglesias, secretario general de Podemos, denuncian una campaña mediática contra sus respectivas formaciones. Con una retórica similar, Syriza recuerda así al partido español (ambos se encuadran en el grupo Izquierda Unitaria en el Parlamento Europeo), que también ha vivido un ascenso en los sondeos. Sin embargo, la formación de Tsipras se ha asemejado tradicionalmente a Izquierda Unida, tanto por su ADN como por su organización interna. De hecho, Syriza se traduce como coalición de izquierda radical y lo forman una amalgama de grupos políticos con distintas sensibilidades.

Para permanecer en el euro, Tsipras ha suavizado el tono de sus discursos, siguiendo a sus «colegas» españoles en su ambigüedad. Su prioridad es ahora la reestructuración de la deuda, que alcanza el 170 por ciento del PIB, pero en condiciones consideradas inaceptables por los acreedores.

Solo con la amenaza de que pueda llegar al poder y anular acto seguido los planes de austeridad, la Bolsa de Atenas sufrió ayer descensos de hasta un 10 por ciento. Asimismo, el FMI ha suspendido el rescate hasta la formación del nuevo Gobierno, puesto que quiere conocer el compromiso del futuro Ejecutivo con las reformas pactadas. Incluso medios tan influyentes como la CNN, The Financial Times o The Wall Street Journal, avistan la llegada de otra crisis griega.

En el discurso de ayer, Tsipras subrayó su próximo objetivo: que Syriza logre reunir una amplia mayoría en el Parlamento, para evitar que el futuro Gobierno tenga «las manos atadas a la hora de negociar con los socios». Por tanto, la formación populista y su líder lucharán para que no se repita lo sucedido en las elecciones de 2012, cuando el ND y el Pasok neutralizaron su ascenso.

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