Tsipras, con alumnas de un Liceo técnico de Atica
Tsipras, con alumnas de un Liceo técnico de Atica - AFP

Syriza, el partido radical griego de Alexis Tsipras que inspira a Podemos

Cuatro años de promesas «idílicas» a los griegos han terminado calando en un pueblo desesperado

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Hace cuatro años era impensable en Grecia, pero ahora es una realidad: el partido radical Syriza, líder de la oposición, está contando las semanas para hacerse con el poder. Al menos eso es lo que piensan quienes les apoyan: antiguos socialistas y comunistas desencantados, ciudadanos de izquierda a los que no les convence la izquierda moderada y muchos, muchísimos griegos asqueados con los dos grandes partidos, el conservador Nueva Democracia y el socialista Pasok.

Son griegos que creen en el mensaje electoral de su líder, Alexis Tsipras: hay soluciones alternativas a la crisis, vendrán tiempos mejores, todos los griegos percibirán pronto un mejor sueldo y jubilación, habrá menos impuestos y el Estado volverá a contratar a más empleados… Los expertos en economía se llevan las manos a la cabeza y los posibles inversores extranjeros cambian de estrategia y de país.

Burgués

¿Quién es realmente Tsípras, el líder de los radicales? Alexis es un ateniense nacido en julio de 1974, en una familia burguesa. Su padre es dueño de una constructora que también invirtió en las primeras unidades fotovoltaicas de Grecia. Su infancia y juventud transcurrieron en el barrio burgués de Ambelokipi, en el centro de Atenas. El instituto de su barrio fue escenario de sus primeras actividades políticas. Allí era conocido por sus sentadas y ocupaciones que lograban cerrar el centro educativo durante el curso 1990-1991.

Luego consiguió ingresar en la escuela de ingenieros de la prestigiosa Universidad Politécnica de Atenas. Aunque más bien se ocupaba de asuntos políticos y sindicales por ser miembro de las juventudes comunistas. Tras acabar la carrera en el año 2000 (sus rivales recuerdan que en esa época ser líder sindical y de izquierda hacía que los profesores te aprobaran o te subieran la nota con facilidad), hizo un master en urbanismo, que terminó en 2003. Alexis Tsípras empezó a trabajar como ingeniero y creó una constructora con sus hermanos. Entonces ya destacaba en la Coalición de la Izquierda (conocida entonces como SYN) y por ello fue elegido candidato a las elecciones municipales de Atenas en 2006. Tsípras resultó ser el tercer candidato más votado y logró cuatro representantes en el consejo municipal

En vespa por Atenas

En esa época conocí a Alexis Tsípras, que tenía 32 años, era muy atractivo y se dedicaba a recorrer Atenas en vespa, vestido de forma deportiva. Mis amigas le llamaban «el kurabié», nombre de un delicioso dulce navideño, por su atractivo. En el momento de su triunfo electoral aún seguía trabajando con su familia y ya vivía con su novia, Peristera (Betty) Baziana. Llevan diecisiete años de convivencia (han firmado un contrato de vida común), tienen dos hijos pequeños y residen en Kipseli, un barrio ateniense donde viven muchos jubilados y emigrantes. Betty trabaja fuera de casa, es la discreción personificada y no se han divulgado fotos de sus hijos. Pero hablando un día con Tsípras de fútbol, me confesó su pasión por el Atlético de Madrid, me enseñó unas fotos en el móvil que había sacado durante un partido en el estadio Vicente Calderón y, de paso, me mostró una de sus dos niños.

Venezuela

La Coalición Radical buscaba un cambio y una cara nueva. En febrero de 2008 elige presidente a Alexis Tsípras, que tenía 34 años, con el 70% de los votos. En esos tiempos, Tsípras ni hablaba inglés ni conocía la escena internacional. Su rival, el abogado Fótis Kuvelis, acabaría creando su propio partido de izquierda moderada, Dimar. En las elecciones de 2009 el partido arrasa y Alexis Tsípras ya es diputado. Desde 2006 vive de la política y ahora es líder de un partido. Desde entonces sube como la espuma. Viaja como parlamentario a Venezuela y este país y su entonces líder, el desaparecido Hugo Chávez, le impactan.

Asesoría de imagen

Al estallar la crisis griega se muestra contrario a cualquier recorte y cambio en la estructura estatal y recoge los votos de quienes han perdido su trabajo y su futuro.

En las dobles elecciones de 2012 se convierte ya en el segundo partido y líder de la oposición. Comienza a viajar al extranjero, mejora su inglés y su aspecto. Tsípras ha cambiado su discurso y se ha sofisticado. Ya no habla de que «Grecia va camino al infierno» ni del «bárbaro programa de reformas». Se ha entrevistado hasta con el Papa Francisco, tiene un equipo económico organizado que ha visitado recientemente a inversores extranjeros en la City de Londres... Acepta tratar a los medios de comunicación extranjeros cuando se convierte en candidato de la Izquierda Europea: nos invita a todos a una copa navideña. A la pregunta de cómo va a «alimentar» al enorme sector público –que quiere hacer aún mayor al nacionalizar empresas privatizadas– contesta con una gran sonrisa que «existen alternativas» y habla de la Europa solidaria.

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