poster Vídeo
Un grupo de cazadores y vigilantes nigerianos se agrupa en varios vehículos para hacer frente a militantes del grupo terrorista Boko Haram, en Yola, Nigeria - efe

Decenas de muertos en un atentado contra una de las principales mezquitas de Nigeria

El ataque se produce después de que el emir de la localidad donde se encuentra el templo, Kano, voz destacada del islam nigeriano, hiciera un llamamiento a las armas contra la milicia de Boko Haram. La Policía confirma por ahora 35 muertos

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El radicalismo vuelve a no entender de credo. Decenas de personas han perdido la vida este viernes en Kano, norte de Nigeria, después de que al menos dos explosivos fueran detonados en los aledaños de la principal mezquita de la ciudad.

Posteriormente, tiradores sin identificar abrieron fuego en el exterior del lugar de forma indiscriminada. Según fuentes citadas por el servicio de la BBC, el número de fallecidos sería cercano a los dos centenares.

El jefe de la Policía de Kano, Samuel Lemu, ofreció cifró en 35 los muertos horas después del atentado contra la Mezquita Central de la ciudad, donde según testigos habrían muerto al menos cien personas, informaron medios locales.

Algunos testigos, que ayudaron en las labores de rescate antes de que llegara la Policía al lugar de los hechos, llegaron a afirmar que el número de fallecidos podría superar los 300.

El ataque se produjo cerca de las dos de la tarde, hora local, cuando numerosos fieles se concentraban en el templo. En este sentido, la mezquita se encuentra en las cercanías del palacio del emir de Kano, Lamido Sanusi, uno de los principales líderes del islam en Nigeria y quien hace unos días hiciera un llamamiento a las armas contra la milicia de Boko Haram.

Para el emir, era hora de que la población civil tome medidas frente a los radicales y empuñara las armas frente a la barbarie terrorista.

«Las personas deben ser conscientes de la importancia de estar preparados» y utilizar cualquier medio «para protegerse a sí mismos», aseguraba Sanusi, segunda figura para los musulmanes nigerianos (tras el sultán de Sokoto, Alhaji Muhammad Sa’ad Abubakar).

De gobernador de banco a emir

La biografía del propio emir de Kano demuestra la complejidad del proceso de Nigeria. El pasado febrero, Sanusi, quien entonces era el gobernador del Banco Central del país africano, acusaba a la compañía nacional del petróleo local -Nigerian National Petroleum Corporation- de saquear de forma sistemática los ingresos del oro negro.

Durante una comparecencia ante el comité de finanzas del Senado, Sanusi aseguró que, de 67.000 millones de dólares vendidos de petróleo entre enero de 2012 y julio de 2013, cerca de 20.000 millones se habían «perdido».

Tras la denuncia pública sobre la flagrante corrupción que asolaba el país, la reacción del Gobierno de Nigeria no se hizo esperar. Aunque ésta quizá no fuera la deseada: en lugar de abrir una investigación, el Ejecutivo decidió apartar de su cargo a Sanusi. Posteriormente, en junio, sería nombrado emir de Kano, convirtiéndose en una de las figuras más críticas contra el Gobierno y Boko Haram.

Ver los comentarios