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La republicana Joni Ersnt durante un acto político - afp

Una castradora de cerdos, estrella republicana de la campaña

Joni Ernst, de origen granjero y militar desplegada en Irak, encabeza la carrera al Senado en Iowa

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Un anuncio de televisión en marzo lanzó su carrera y le ha convertido en estrella de la campaña. El vídeo, que comenzaba con la frase «me crié castrando cerdos en una granja de Iowa», fue viral en internet. De partir de cero en la política, Joni Ernst ganó las primarias republicanas y ahora algunas encuestas le sitúan por delante de quien partía como favorito para lograr un puesto en el Senado por Iowa, el experimentado demócrata Bruce Braley.

Ernst, de 44 años, simboliza el avance republicano que se espera en las elecciones legislativas del martes. De ganar, su escaño serviría para sumar la mayoría en el Senado que los republicanos se han marcado como principal objetivo. Iowa votó por Obama como presidente en las dos últimas presidenciales; un giro hacia los republicanos ahora les daría esperanzas para 2016.

El alza de Ernst, en cualquier caso, se debe más a méritos propios que a los de su partido. Iowa es un estado que vive de la industria agropecuaria –tiene más cerdos que habitantes, con un tercio de la producción porcina del país– y Ernst ha sabido sintonizar con la población local. Los demócratas la califican de derechista, pero su lenguaje llano le hace aparecer sincera y auténtica. Ella asegura que no es una nueva Sarah Palin, la exgobernadora de Alaska y musa del Tea Party.

«Madre. Soldado. Líder independiente» es su lema de presentación, que decora con grandes letras su autobús de campaña, en el que también figura la imagen pequeña de un cerdo. Ernst tiene rango de teniente coronel en la Guardia Nacional de Iowa, y estuvo comandando una compañía de 159 soldados de ese cuerpo en Irak. Está casada con un ex «ranger» de fuerzas especiales. Es madre de tres hijos, dos de ellos adoptados. Como actividad civil los últimos años ha ejercicio de funcionaria en uno de los condados de Iowa.

¿Inexperta?

El salto de la nada al Senado de Washington, al que casi todo el mundo llega tras pasar primero por las asambleas o senados de los estados o por la Cámara de Representantes, sería realmente singular si el martes se produce. A Ernst le beneficia que quien tenía el puesto al que opta, el demócrata Tom Harkin, se ha retirado tras treinta años de senador. Después de tantos años de un mismo partido, ella juega la carta de la frescura. En cambio, su oponente Braley, de 56 años, destaca la inexperiencia de Ernst.

Conforme fue subiendo en las encuestas, la candidata ha moderado el tono. En las primarias defendió la supresión del Departamento de Enseñanza, así como la agencia tributaria federal, por entender que esos asuntos debían ser llevados por los estados. Luego ha mantenido su postura, pero con matices. Dice que es una conservadora moderada a la que le gusta resolver problemas, no una candidata del Tea Party simplemente ideologizada contra Obama.

Algunos medios consideran que su campaña es la de una mujer que intenta ganar votos como un hombre. En los vídeos de campaña, además de aparecer con cerdos, también se la ve disparando con un arma y conduciendo una Harley-Davidson. Pero ella ha procurado equilibrar esa imagen masculina con una presencia indudablemente femenina: bien peinada y maquillada y con vestidos que la favorecen. También ha dejado caer que aprendió «la clave para hacer buenas galletas» cuando trabajó en una cadena de establecimientos de comida rápida.

En cualquier caso, Ernst, una de las quince mujeres que optan a la Cámara Alta en las elecciones del martes, no ha utilizado propiamente la carta del género. Solo ha señalado que, de alcanzar la victoria, sería «la primera mujer veterana de combate que llega al Senado». En cambio, no ha insistido en el discurso habitual de las candidatas demócratas apelando al voto para así «romper techos de cristal». Iowa es el único estado, junto con Misisipi, que nunca ha elegido a mujeres para el Congreso o como gobernadoras.

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