La verdad de la Guerra Civil más allá de los tópicos: «Los republicanos se condenaron a sí mismos»

Los periodistas de ABC Manuel Pérez Villatoro e Israel Viana acaban de publicar el libro ‘Historia de la Guerra Civil sin mitos ni tópicos’ ( Ediciones B ), que pretende exorcizar los demonios del conflicto y ofrecer episodios inéditos

Testimonios inéditos para destruir las mentiras mil veces repetidas de la Guerra Civil

Manuel Pérez Villatoro e Israel Viana. Javier Nadales
César Cervera

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Los mitos son la única vía posible que tienen los personajes y los hechos históricos para trascender a los siglos. La verdad se diluye con el tiempo, pero prevalecen ellos a costa de rodearse de un aura de fantasía, exageración e inevitablemente ciertos tópicos . Algunos hechos, sin embargo, no necesitan el paso de los siglos para empaparse de mentiras gruesas, pues hay quién necesita desde su trinchera ideológica que el agua parezca vino y el vino, sangre más pronto que tarde. La Guerra Civil es uno de esos acontecimientos manoseados y distorsionados tantas veces, y tan pronto, que cuesta separar la propaganda de la historia. Los periodistas de ABC Manuel Pérez Villatoro e Israel Viana acaban de publicar el libro ‘Historia de la Guerra Civil sin mitos ni tópicos’ ( Ediciones B ), que pretende justo eso, exortizar los demonios del conflicto y ofrecer episodios inéditos desde una visión desmitificadora y libre de prejuicios.

–¿Qué queda por contar del conflicto que vuestro libro pueda rellenar?

–Israel: Todavía hay cosas que contar y este libro es una muestra de ello. En pleno siglo XXI se siguen descubriendo manuscritos, fotos y documentos que reconstruyen la vida de sus protagonistas y que aportan visiones que se alejan de los mitos y los tópicos, como reza el título. Nosotros mismos aportamos aquí, en exclusiva, el contrato que el famoso periodista republicano Diego San José firmó con Millán Astray para escribirle las memorias y por las que al fundador de la Legión le salvó la vida a pesar de pertenecer a bandos contrarios y de que nunca se publicaron. No hay que olvidar que son muy pocos los protagonistas vivos de acontecimientos tan importantes como los bombardeos de Guernica y el Mercado de Alicante o del asalto al cuartel de la Montaña, a los cuales nosotros hemos podido entrevistar. Tampoco nadie había recogido el testimonio de los hijos de Vicente Gil, el que fuera amigo y médico personal de Franco durante la guerra y las décadas posteriores, dando al lector un acceso privilegiado e inédito al lado más íntimo del dictador. En este ensayo hay muchos ejemplos más. Hace poco leí que en España se publican una media de setenta novelas al año relacionadas con la Guerra Civil, pero no hace falta irse al terreno de la ficción para hablar de ella.

Blindado improvisado para enviarlo al frente, en Villalba. Luis Marín

–El libro se hace con intención desmitificadora. ¿Cuál es el gran mito vigente sobre la Guerra Civil?

–Manuel: Más que uno, hay una infinidad de mentiras que se han grabado en el imaginario colectivo. La más llamativa es la de que el golpe estalló el 18 de julio. Es cierto que esa era la fecha planeada, pero hubo una unidad de soldados regulares del protectorado que se adelantó dos jornadas. Nosotros hemos descubierto que existen varias fotografías que tradicionalmente se asocian a ‘La Motorizada’, la guardia pretoriana de Indalecio Prieto, que en realidad corresponden a otras unidades. Su nombre ha hecho también que se relacione a este grupo de combatientes con motocicletas, pero varios testimonios confirman que no tenían un parque de vehículos mayor que el del resto de sus colegas. Y estos son solo dos ejemplos de otros tantos. Entre los más curiosos se encuentra la idea de que los oficiales de ambos bandos se odiaban entre ellos, cuando hemos hallado ejemplos de lo contrario. El mismo José Antonio Primo de Rivera tenía una muy buena relación con el juez que le condenó a muerte.

–¿Un bando era muy malo y otro muy muy bueno?

–Manuel: El maniqueísmo y esa idea rancia de película de Hollywood es el principal mito que se ha extendido sobre la Guerra Civil . Por más que se haya querido mostrar a la Segunda República como un paraíso, la realidad es que impulsó leyes que muchos expertos han considerado como impropias de una democracia (una de ellas, la Ley de Defensa) y cargó contra la Iglesia y el Ejército. A cambio, los ‘hotros’, en terminología Unamoniana, dieron un golpe de Estado que derivó en una dictadura de cuarenta años. Hay que olvidar de una vez esa máxima de blancos y negros. Es mejor quedarse con historias personales. Hemos encontrado casos de reconciliación. La hija de Joaquín García-Morato, uno de los ‘ases’ de la aviación del bando franquista, nos confesaba en una entrevista que su familia mantiene relación con la de algunos pilotos republicanos.

Portada del libro.

–¿Existió realmente una tercera España representativa o es un mito para ocultar que las dos Españas actuaron de manera salvaje?

–Israel: Por supuesto que existió. Mi abuelo Gaspar, que murió con 99 años en 2017 y fue uno de los últimos soldados supervivientes de la guerra, es uno de los testimonios recogidos en el libro que lo demuestran. Cuando era joven, siempre me decía: «No me interesaba la política. Lo único que quería era salvar la ‘pellica’ y nada más. Lo cierto es que estoy vivo de milagro. Todo era un desastre». Tenía solo 18 años y vivía en un pequeño pueblo de Peralveche, en Guadalajara, dedicado al campo, cuando fue reclutado por los republicanos. «Nunca sabíamos lo que pasaba en Madrid. Al pueblo no llegaba la prensa ni a nada y solo nos enterábamos de lo que pasaba en el pueblo». Como él, había muchos en ambos bandos. Carlos Sala, uno de los últimos soldados supervivientes del bando franquista nos reconocía que, antes de ser llamado a filas, no tenía carné de ningún partido de derechas o de izquierdas y tampoco quería la guerra, ni dentro de un bando ni del otro: «Yo andaba agachado y calladito, procurando no salir ni llamar mucho la atención».

–¿Tuvo posibilidades los republicanos de ganar la guerra en algún momento?

–Manuel: Los republicanos se condenaron a sí mismos. El mismo Enrique Líster, elogiado a nivel militar por ambos bandos, confesó que en los primeros días del conflicto se vivió una bicefalia en las unidades por culpa de los partidos y los sindicatos. Se produjo un caos inicial que hizo saltar en mil trozos la posibilidad de organizar alguna defensa efectiva a largo plazo y que marcó una tendencia: la politización del Ejército. Su colega, el general Joaquín Pérez Salas, dejó también testimonio de que el Partido Comunista, a través de la Unión Soviética, excluyó ‘de facto’ a los oficiales de carrera y tomó el mando sobre el terreno. La reorganización y creación del Ejército Popular es el vivo ejemplo de ello. Aquello fue un espejo de lo que ocurría en las calles. En Barcelona, durante los últimos días de la guerra, se vivió una división entre sindicalistas y partidos que replicó Ken Loach en su película ‘Tierra y libertad’. Muchos de estos testimonios los recopilamos en nuestro libro. Buscamos que el lector entienda las causas que llevaron a la República al desastre militar .

«El principal obstáculo ahora es la exhumación de las víctimas, en el que no se ponen de acuerdo ni políticos ni ciudadanos»

–¿Cuándo y cómo pueden sanarse las heridas del conflicto?

–Israel: Esa es la pregunta del millón, pero me temo que, como prácticamente en todas las cuestiones de la Guerra Civil, cada uno tiene su propia respuesta. Hay un caso muy curioso del que hablamos en el libro a través del gran historiador del cine Román Gubern y el director Fernando Trueba: la amistad que mantuvieron un comunista convencido como el gran Luis Buñuel y José Luis Sáenz de Heredia, primo del fundador de Falange y cineasta de cabecera de Franco durante la dictadura. En la Segunda República , rodaron juntos; en la guerra, el primero le salvó la vida al segundo, y en el régimen franquista, mantuvieron el contacto, se guardaron cariño y se reunieron en numerosas ocasiones a pesar de que el aragonés tuvo que marcharse al exilio y de que pertenecían a bandos diferentes. Supongo que hay esperanza. El principal obstáculo ahora es la exhumación de las víctimas, en el que no se ponen de acuerdo ni políticos ni ciudadanos. Supongo que es cuestión de tiempo… aunque no se sepa cuándo.

–¿Se puede escribir una historia de la Guerra Civil que convenza a las dos partes? ¿Basta con dejar enfadados a ambas por igual?

–Israel: No creo que haya un solo conflicto en el siglo XX, desde la Primera Guerra Mundial hasta la Guerra de los Balcanes, ni siquiera en la actual crisis entre Rusia y Ucrania, en el que se pueda hacer un relato que convenza a dos partes que han estado o están enfrentadas. La Guerra Civil, con su medio millón de muertos y otro medio millón de exiliados, no es una excepción. Lo vemos a diario en los debates parlamentarios sobre la memoria histórica o en las conversaciones familiares o entre amigos que todos hemos vivido alguna vez. Ni siquiera Manuel y yo estamos de acuerdo en algunos aspectos del conflicto, pero lo discutimos de manera civilizada y hemos llegado a acuerdos.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación