Parejas

Las preocupaciones de las mujeres en la cama que solo confiesan a su sexóloga

Muchas personas no disfrutan plenamente de sus relaciones sexuales por no ser capaces de decir lo que les inquieta al respecto

Laura Peraita

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Aunque hacer un chiste fácil sobre la sexualidad es habitual, no resulta igualmente sencillo hablar de sexo cuando hay un problema detrás. Existen una serie de preocupaciones sexuales que las mujeres padecen y que solo se atreven a consultar a sus terapeutas. Así lo asegura Ruth González Ousset, sexóloga, miembro de la Asociación Estatal de Profesionales de la Sexología (AEPS) y profesora en el Experto en terapia sexual y de pareja en la Universidad Autónoma de Madrid , quien por su experiencia resume en las siguientes las principales cuestiones que más inquietan a sus pacientes femeninas en consulta.

—No llegar al orgasmo y no tener ella un orgasmo al mismo tiempo que la otra persona. Sienten preocupación por desilusionar, o hacer sentir mal, a su pareja y, por este motivo, fingen llegar al clímax. Ruth González Ousset explica que cada persona lleva su ritmo y que no hay que obsesionarse con sentirlo a la vez porque, de esta manera, la mente está centrada en ello y no se disfruta igual de todo lo que supone la relación sexual.

—O lor corporal. Hay muchos prejuicios al respecto. A algunas mujeres les preocupa en gran medida si les olerá la vulva cuando le practican sexo oral. Solicitan hasta perfumes para esta zona. «Todavía no he oido en mis años de consulta a ningún hombre que se haya quejado por este asunto», explica esta sexóloga.

Complejos físicos. Vivimos en una sociedad donde la mujer ha de estar radiante, delgada y perfecta las 24 horas del día los siete días d ela semana. Para algunas mujeres quitarse la ropa supone dejar al desnudos sus «defectos» más ocultos y que varían según las modas de los cánones de belleza: poco pecho, mucho pecho, caderas anchas, celulitis...¿Le gustaré cuando me vea desnuda?

No me dejo llevar. Las hay que creen que no hay vida sexual más allá del misionero. Se sienten torpes en cualquier otra postura, les intimida.

Baja autoestima. Su reflexión es «si no me gusto cómo voy a gustar a los demás». Con este pensamiento es difícil disfrutar en pareja. Toda persona tiene defectos, pero también virtudes.

Bloqueos: «Mi mente quiere hacerlo pero mi cuerpo no me deja». Creencias culturales muy arraigadas no permiten expresarse libremente con lo que les gusta realizar en la cama con su pareja.

No tener ganas de sexo. «No me apetece ni masturbarme ni tener relaciones sexuales con nadie». Aunque es habitual en muchas mujeres, cada vez le sucede lo mismo a los hombres, según apunta esta especialista. Factores como el estrés, el cansancio, los problemas... influyen en detrimento del deseo sexual.

No les gusta la penetración vaginal. «Aunque parezca mentira, le ocurre a muchas mujeres. Está sobrevalorada. No se atreven a decirlo a la pareja por miedo a acabar la relación, pero disfrutan más con otras prácticas como el sexo oral, la masturbación...

—Si ha habido una infidelidad por parte de él , ella se imagina situaciones de esa relación cuando están en la cama y lo pasa mal. Cuantos más detalles e información conozca de esa infidelidad, peor resultará. Lo mismo ocurre si ha vivido situaciones traumáticas como abusos sexuales o malos tratos que afectan gravemente a sus relaciones sexuales.

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