La cuesta de enero de la pareja: Cuatro conductas que pueden destruir tu relación

Son los llamados «los cuatro jinetes del apocalipsis», un nombre dramático que se le pone desde el mundo de la psicología

S. F.

La cuesta de enero también llega a las parejas después de pasar más tiempo en familia, con los suegros y la exposición al pasar más tiempo a solas. Pasada la Navidad, puede haber más posibilidades de que se empiecen a presentar algunas conductas. Son los llamados «los cuatro jinetes del apocalipsis», un nombre dramático que se le pone desde el mundo de la psicología y que viene a referirse a «las cuatro conductas que pueden destruir tu relación», tal y como indica el psicólogo experto en vínculos Sebastián Girona .

Estas cuatro conductas se presentan en todas las parejas del mundo. No hay pareja que no las tenga, también están presentes en las relaciones de pareja que van bien , pero su presencia en gran cantidad, daña el vínculo.

1) La crítica deteriora mucho la relación. Hay algunas conductas que estadísticamente están más del lado de la mujer o del hombre. La crítica es una de las que están más presentes desde el lado femenino. Un ejemplo de crítica es: «No hiciste esto, hiciste lo otro» . Las listas que hacemos con la mano, recriminando a mi pareja que hizo o no hizo cosas.

2) De la mano de la crítica , llega la segunda conducta: la defensa. Si me criticas, me voy a defender. Voy a levantar todas las barreras y ponerme en posición de defensa porque me siento atacado.

3) La tercera es el desprecio. Cuando estás discutiendo con tu pareja, uno de ellos puede morderse los labios, redondear los ojos hacia arriba, como diciendo «qué es lo que me está diciendo». Eso es el desprecio. Cuando de alguna manera actuamos con gestos que desvalorizan al otro, pero sin palabras. Expresando que no ponemos valor a lo que nos están diciendo.

4) Por último, la cuarta es el amurallamiento, que queda más del lado de los hombres. Cuando en algún momento de la conversación hay algo que no nos gusta, bajamos la cortina y decimos: «no hablo más, por más que me sigan diciendo cosas» . En esta discusión, deja de conversar, creando una muralla con la otra persona. Esto le genera frustración y enfado al otro, porque quiere seguir discutiendo el tema y se encuentra con una pared sellada. Esto le hace mucho mal a la relación.

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