Toque de queda: «Los adolescentes pueden socializar igual de bien a las 17.00 horas que a las 3 de la madrugada»

Opciones alternativas de ocio para adolescentes que antes salían de casa a la medianoche

Carlota Fominaya

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Muchos padres de adolescentes y jóvenes celebran la instauración del toque de queda , cansados de ver a sus hijos abandonar el hogar hacia la medianoche. Sus vástagos, en cambio, se quejan de que la situación derivada de la pandemia del Covid les está quitando «un año de vida». En esta tesitura, compartida por muchas familias españolas, los padres tienen una tarea principal, advierte la profesora del máster en Orientación Familiar de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) , María Campo: «es hacer ver a los hijos que entendemos las necesidades que puedan tener, que es importante para ellos relacionarse con sus iguales , con gente de su edad... Pero también hay que hacerles ver que las cosas no son como uno quiere, que nos toca a todos adaptarnos a la situación que tenemos».

«Todos estamos perdiendo momentos: ¿se merecen los abuelos estar encerrados sin poder ver a sus nietos, estando como están de salud, muchos de ellos perfectos? La vida es aceptar lo que viene y a los padres hay que darles esa tranquilidad». «Pero por esto mismo es muy interesante -prosigue esta pedagoga-, generar empatía con ellos y tratar de que ellos la generen realicen con nosotros. En realidad hay que empezar un poco por aquí , es el aprendizaje más importante que tenemos que hacer». « Que entiendan que no se trata de normas que los padres estemos poniendo porque queramos , sino que somos los primeros que tenemos que cumplir normas aunque no nos apetezca, como no ver a nuestros mayores o a nuestros amigos, incluso», remarca.

De la misma opinión es Javier Quintero, psiquiatra del Hospital Infanta Leonor y director de Psikids, para quien es imprescindible « trabajar en la concienciación y responsabilidad individual . Estamos ante un momento excepcional que amerita medidas excepcionales, también en los patrones de ocio de los más jóvenes. Deben pensar que adaptar ahora sus formas de divertirse, es clave para poder disfrutar “como siempre” más adelante. Además, por supuesto, que su colaboración es clave para e control de la pandemia. A la luz de las cifras actuales, el foco lo tenemos que poner en los adolescentes y adultos jóvenes ».

Adaptación a la situación

¿Cómo nos podemos adaptar a esta situación? Una vez que nos hemos asegurado de que todos hemos entendido que no podemos hacer lo que queremos, prosigue la experta en educación e investigación de la UNIR, «hay que pensar cuál es nuestra necesidad y nuestro objetivo. Si la necesidad como jóvenes es estar con nuestros amigos, podemos estar pero teniendo en cuenta las medidas que se nos han exigido. Por el bien de la sociedad».

¿Cuándo quedamos? La respuesta que hay que dar al adolescente es «durante el día» ¿Cómo? «Respetando las medidas de seguridad. Es decir -explica María Campo-, teniendo en cuenta el número de personas con las que estamos, haciendo un uso responsable de la mascarilla -que no significa llevarla en cualquier parte del cuerpo-, y respetando la distancia de seguridad. También intentando estar al aire libre y controlando el número de personas, haciendo grupos burbuja en nuestras relaciones sociales. Los adolescentes deben elegir bien con quien quieren estar, quién es su prioridad».

De esta forma, asegura esta experta, «podemos seguir manteniendo las relaciones sociales, que tan importantes son para los jóvenes, pero no confundiendo que es importante estar con muchas personas ni variadas para tener relación social y satisfacer la afectividad y las emociones, o el desarrollo emocional de los jóvenes. El equilibrio está en hacerlo respetando las medidas».

Sin carencias emocionales

Todo tiene que ir en esa línea , insiste Campo. «El objetivo de los padres tiene que ser enseñar a sus hijos a relacionarse socialmente y a tener relaciones sociales buenas y sólidas que van más allá de la cantidad y de la variedad de personas con la que estés en un botellón o en una fiesta de madrugada». «Hay que transmitir tranquilidad a las familias: porque no porque los jóvenes o adolescentes salgan menos van a tener una carencia afectiva, emotiva ni social». «Esto es muy diferente al primer confinamiento -insiste-. En estos momentos los adolescentes pueden estar con otras personas, se pueden relacionar pero con una medida, y eso puede ser suficiente para satisfacer esas necesidades. Y como todo en la vida, tiene un lado positivo y negativo, por eso tienen que aprender a aceptar lo que la vida nos proporciona y que de esta manera también van a madurar a nivel personal».

El papel de los padres en el toque de queda

Ahora bien, reconoce la profesora de la UNIR: «es mucho más fácil llevar a cabo estas medidas si todos nos sumamos. El mayor problema está en que unos padres hablan con sus hijos y les hacen comprender la situación, pero ven que el resto de amigos no hacen lo mismo y les dejan más libertad. Ahí pueden surgir conflictos importantes. En cambio si todos hacemos lo mismo y tratamos de que nuestros hijos cumplan las normas, estaremos todos mejor». También los más jóvenes deben ver esta etapa como una oportunidad para reivindicarse, sugiere Quintero, «y para demostrar su madurez y conciencia social, rompiendo con esa imagen un tanto hedonistas que pueden ofrecer en ocasiones. Son ellos mismos los que pueden ejercer de reguladores sobre su entorno, y llamar la atención de sus amigos cuando proponen acciones que no respetan las normas de distancia social o reuniones en grupo, proponiendo planes alternativos».

Opciones e implicación parental

Ambos expertos coinciden en señalar que «es interesante que aprendan a relacionarse de otras formas. La relación social no consiste solo en salir la fiesta; la relación social está en el deporte, en actividades de voluntariado, en las salidas cultures (al cine, al teatro…) Actividades que la familia puede ayudar a potenciar siempre cumpliendo con las medidas de seguridad y que a la postre proporcionan mayor garantía que estar sentados todos juntos sentados en un parque de un banco, haciendo un botellón », señala la pedagoga de la UNIR.

No es menor «la responsabilidad de las familias a la hora de concienciar de la importancia de sus costumbres -señala el director de PsiKids- y de procurar los límites necesarios para que cumplan con las medidas de protección, las suyas y las de los demás. A la par que cojan un papel más activo en el ocio de sus hijos. El confinamiento nos ofreció la oportunidad de compartir más en familia dentro de los hogares, ahora podemos seguir esa estela con otras actividades».

En efecto, prosigue la profesora de UNIR, «nos toca a los padres coger al grupo de amigos y llevarles a algún sitio, facilitarles los planes, darles ideas. invitarles a las entradas para que acudan a tal sitio… recordarles la cantidad de gente necesitada y que hay entidades a las que se pueden dirigir… ¿que no pueden salir de casa? A lo mejor tenemos un espacio abierto en el domicilio, una terraza, donde se puede invitar a su grupo burbuja permitido, siempre dejándoles cierta intimidad y libertad. ¿Por qué no van a poder estar dos o tres en casa tomándose algo tranquilamente y hablando de sus cosas? Son opciones que generan identidad y podemos crear una sociedad mejor, sin ninguna duda », apunta.

«El toque de queda es una oportunidad para enseñarles que en la relación social pueden tener cabida actividades variadas. Hay muchas formas de divertirse que no implican una borrachera de madrugada», remarca Campo. «Efectivamente, es una excelente oportunidad para trabajar en formas de ocio diferentes al modelo del botellón de Tomelloso. Los adolescentes pueden socializar igual de bien a las 17.00 horas que a las 3 de la madrugada », corrobora el psiquiatra del Hospital Infanta Leonor.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación